Los sueños que expresa Lynch no son nocturnos, son diurnos: como si soñáramos despiertos

viernes, agosto 02, 2013




"La mirada no es una mirada hermenéutica que busca entender lo que dice el director.
Žižek mantiene la hipótesis que hay una dimensión única en el cine de Hitchcock
y que ésta no la encontramos a nivel narrativo; la encontramos en lo que él llama sus síntomas.
 Son los motivos, aparentemente puntuales, que se repiten en todos los filmes,
independientemente del contexto narrativo.
Ejemplos serían, por ejemplo : "la mujer que sabe demasiado", "la persona suspendida
de la mano del otro", "el vaso lleno de bebida blanca". ...
Pero el error sería querer intentar interpretar estos motivos en clave hermenéutica,
ya que los tenemos que entender como aquello que se escapa a la interpretación.
Son significantes que pertenecen al registro simbólico, pero que
muestra un goce que es capaz de transmitir al espectador.
Es el espectador, como emancipado que es ( Rancière, 2010) el que los capta
de una determinada y singular manera. No se puede hacer un remake de Hitchcock
porque su marca es única y es inclasificable.
 Otra cuestión interesante que
 Žižek plantea con respecto al cine de Hitchcock es el de su relación
con el estatuto de la mirada. Su mirada es como la del ojo de la cámara,
que es impersonal pero que aparece paradójicamente como una mirada subjectivizada.
Tampoco es una mirada subjetiva porque no representa la mirada de ningún personaje,
aunque tampoco es una mirada objetiva porque lo que capta el aspecto siniestro
de una situación. Es la cámara la que nos muestra de forma enigmática una escena que es inquietante.
 Aparece aquí el tema de la imposibilidad de la teoría ingenua de la verdad como adecuación con el hecho.
 ¿Si un enunciado es verdadero en la medida que se corresponde,
 que se adecua a un hecho, como podemos sabemos cuál es el hecho?
Pero, al margen de qué la percepción ya es un filtro, y que interpretamos a partir de un esquema lingüístico-conceptual,
 hay este otro aspecto indefinible que es que nos muestra Hithcock con su mirada.
Lo que recoge Žižek a partir de aquí es que nuestra mirada lleva siempre
una mancha que no vemos y que queda reflejada en lo que vemos, y siempre está subjectivizada.
Dicho de una manera tan clara como perturbadora: lo que capta nuestra mirada está,
en cierto sentido, nuestra propia mirada. David Lynch es un creador complejo
que ha trabajado en múltiples actividades artísticas y lo ha hecho de una manera totalmente singular.
Para entender la mirada filosófica al cine de Lynch utilizaré la noción anteriormente mencionada
de imaginario radical y también otra que es la del Otro escena (Mannoni, 1987).
La capacidad creativa de Lynch expresaría su imaginario radical y lo conectaría con el del espectador.
Hablamos de un fondo irracional, del flujo de representaciones atados a las emociones
a partir de las cuales formamos las ideas, las creencias y los valores. La Otra escena
vendría ser el espacio de la fantasía inconsciente, que tiene una analogía clara
con lo que Lynch quiere comunicar al espectador. Es, en cierta manera,
el espacio de los sueños, pero no en el sentido literal, ya que el mismo Lynch dice
que aunque los sueños no sean importantes en sí mismos generan una atmósfera,
que podemos decir onírica, que es muy importante en su cine.
De hecho eso lo podemos comprobar en sus filmes, ya que la fuerza de muchas imágenes
está en estas escenas que podrían ser de un sueño pero que tienen toda la fuerza de lo que es real.
Los sueños que expresa Lynch no son nocturnos, son diurnos:
está como si soñáramos despiertos, especialmente en sus últimas películas.
Dice Lynch: "Funciona como una ventana a partir de la cual puedes entrar en un mundo diferente,
una cosa similar a un sueño" ( Casas, 2007). Lo que en realidad tiene de perturbador
el cine de Lynch es que justamente es similar a un sueño sin serlo;
funciona de manera inquietante en el registro de lo que real.
Lynch tiene la habilidad de construir las imágenes que evocan este espacio psíquico
y a partir de aquí establecer esta relación tan peculiar con el espectador receptivo;
a éste sus películas le dicen mucho pero no es capaz de definir ni el como|cómo ni el qué.
Podríamos decir que el nivel de comunicación es el de la sugerencia, el de la evocación.
Pero todo eso, tan emocional e irracional, ..."


(Luis Roca Jusmet
Una mirada filosófica a la narrativa cinematográfica. Žižek, Hitchcock y David Lynch)

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