Proteo-Dioniso-Narciso-Eco el impertinente, adivino del futuro

viernes, enero 02, 2015



Cansado de ser perseguido por los mortales para que le predijera el futuro, Proteo se transforma en Dioniso, el borracho impertinente, que siempre dice la verdad a todo aquel con el que se encuentra.

Embriagado siempre, estaba buscando con quien divertirse cuando oye a Eco lamentándose del ingrato Narciso en el bosque. Como no encontraba la forma de mantener un dialogo con ella, pues a las preguntas de Proteo sobre su mal, Eco respondía con preguntas, Proteo decidió transformarse en Eco para conocerla a través de su diálogo interior. Una vez transformado, Proteo conoció el encuentro entre Eco y Narciso. Viendo la insensatez de este, Proteo decidió ir a verlo.

Estaba Narciso amándose, como una ninfa, en el agua, cuando Proteo-Eco se dispuso a predecirle su próximo futuro. Narciso moriría inminentemente, sin darse cuenta, si no se enamoraba de ella. Viendo que el bello no creía a Eco-Proteo, este decidió transformarse en el doble de Narciso. Narciso, al ver fuera de sí a su propia imagen, se enamoró de sí mismo inmediatamente. ¡Oh, qué delicia! Había, por fin, encontrado el amor. Este sí era amor verdadero, de carne y hueso.

Proteo-Eco-el doble de Narciso mantuvo con Narciso un lírico diálogo sobre el amor y la belleza. Hasta que Dioniso-Proteo-Eco-el doble de Narciso llevó la conversación hasta el escabroso tema de la muerte. Narciso la negaba. Proteo la predecía. (Fácil profecía: pues estaba escrita en todos los libros de papiro.) Eco, la doble, insistía, sin descanso, en la única solución posible, que Proteo había propuesto. Pero a Narciso le parecía una solución imposible; pues ya estaba enamorado de su doble-Proteo.

Dioniso-Proteo se reía del engaño y no paraba de beber para mantener la risa. Eco se enfadaba con Eco-Dioniso porque con tanta burla no podrían convencer a Narciso, y menos ahora que su amor tenía una rival en el doble de Narciso. Dioniso entró en el sueño de la borrachera, dejando así campo libre al doble de Narciso-Eco.

La única solución, le dice Proteo a Eco, es que yo me transforme en Narciso, y así, tú, Eco, entres en su cuerpo, quedándote con él fundida, transformando a Narciso en el Eco de las imágenes.

Eco acepta y se transforma en Narciso-Eco. Quedando la situación como sigue. Proteo-Narciso-Eco se transforma en cada cosa de la cual hace eco, cada vez que oye o ve algo.

He aquí las metamorfosis de Narciso.

Carlos del Puente

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