De nuestro amor, el encuentro
viernes, enero 08, 2016
De nuestro amor, de la complicidad absoluta te recuerdo. En este instante, tomo el sello, lo pongo pegado al sobre, escribo tu dirección, la releo, paso el dedo por encima, saco la carta y:
Recuerdas? Sé que recuerdas las veces que nos vimos. Nuestro amor sellado. La autenticidad de los instantes. Y ese sorprendente sentimiento de conocerse de toda la vida. Sí, amor, aún te recuerdo; ¡ya ves! Sentada en ese tren, con tu gusto particular de vestirte, tus rodillas al aire. Te miro. Me miras. Y un brillo, por mí desconocido, se pone en tus ojos como algo nuevo. Abro la boca y en lugar de la palabra sale aire. Pongo cara de burla de mi boca. Sonríes porque comprendes mi aprieto. Sonrío conmigo algo molesto. Con la expresión de tu cara me dices que te gusta. Me sorprendo pero no puedo alegrarme; pues hubiese querido decirte con palabras... no sé; no sé porque en ese instante se me borró todo.
¿Conoces la vida, esa que he llevado? No, no, ¡claro! Yo, tampoco la tuya, ni me importa. Bueno! Sí me importa pero no me importa. Quisiera conocer los detalles, los importantes: esos que son tuyos, los que te dicen, los que te hacen. Pero dejemos que vayan saliendo, ellos solos; no tengo prisa; tendré posiblemente todo el tiempo de una vida.
Carlos del Puente
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