Apuntes sobre la pulsión

sábado, diciembre 20, 2014



«Nos hemos acostumbrado a denominar narcicismo la temprana fase del Yo durante la cual se satisfacen autoeróticamente las pulsiones sexuales del mismo, sin entrar, de momento, a discutir la relación entre autoerotismo y narcisismo.

De este modo, diremos que la fase preliminar de la pulsión de contemplación, en la cual el placer visual

tiene como objeto el propio cuerpo, pertenece al narcisismo

y es una formación narcisista. De ella se desarrolla la pulsión de contemplación activa, abandonando el narcisismo;«

¿Cómo se puede abandonar el narcisismo, fuente constitutiva de sujeto? Será porque sitúa el narcisismo al nivel del yo. Y el yo no es tan inamovible como el sujeto. ¿Será que cuando la pulsión se vuelve activa hacia un objeto ella sale de su posición autoerótica y por eso dice que abandona el narcisismo: porque la satisfacción ya no está en el cuerpo propio, sino en el cuerpo del otro?

»en cambio, la pulsión de contemplación pasiva conservaría el objeto narcisista.

»Igualmente, la transformación del sadismo en masoquismo, significa un retorno al objeto narcisista, mientras que en ambos casos es sustituído el sujeto narcisista por identificación con otro Yo ajeno. Teniendo en cuenta la fase preliminar narcisista del sadismo, antes establecida, nos acercamos así al conocimiento, más general, de que la orientación de los instintos contra el propio Yo y la transición de la actividad a la pasividad dependen de la organización narcisista del Yo y llevan impreso el sello de esta fase. Corresponden quizá a las tentativas de defensa realizadas con otros medios, en fases superiores del desarrollo del Yo.» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

«De este modo, diremos
que la fase preliminar del

instinto de contemplación, en la cual el placer visual tiene
como objeto el propio cuerpo, pertenece al narcisismo
y es una formación narcisista.

De ella se desarrolla el instinto de contemplación activo,
abandonando el narcisismo;» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Cómo es posible que el Yo abandone el placer del cuerpo por el placer de contemplar que no es corporal?

«mientras que en ambos casos

es sustituído el sujeto narcisista por identificación con otro Yo ajeno.»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

Es decir, que se sustituye un placer narcisista del cuerpo por una identificación con el Yo del otro. Extraño; bastante extraño.


«La experiencia nos permite hablar también de instintos «coartados en su fin», esto es, de procesos a los que se permite avanzar un cierto espacio hacia la satisfacción del instinto, pero que experimentan luego una inhibición o una desviación.»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Cómo es posible que el instinto o pulsión sea inhibido?

»Esta fijación tiene efecto con gran frecuencia, en períodos muy tempranos del desarrollo de los instintos y pone fin a la movilidad del instinto de que se trate, oponiéndose intensamente a su separación del objeto.» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Será este el modo de funcionamiento normal?

«todos los instintos son cualitativamente iguales»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

Sorprendente hipótesis.

«Por nuestra parte, hemos propuesto distinguir dos grupos de estos instintos primitivos:

el de los instintos del Yo o instintos de conservación

y el de los instintos sexuales.

Esta división no constituye una hipótesis necesaria, como la que antes hubimos de establecer sobre la tendencia biológica del aparato anímico. No es sino una construcción auxiliar, que sólo mantendremos mientras nos sea útil y cuya sustitución por otra no puede modificar sino muy poco, los resultados de nuestra labor descriptiva y ordenadora.»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)


«Es muy posible que un más penetrante análisis de las restantes afecciones neuróticas (y ante todo de las

psiconeurosis narcisistas, o sea de las esquizofrenias),

nos imponga una modificación de esta fórmula y con ella, una distinta agrupación de los instintos primitivos. Mas, por ahora, no conocemos tal nueva fórmula ni hemos hallado ningún argumento desfavorable a la oposición de instintos del Yo e instintos sexuales.» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

«Dado que el estudio de la vida instintiva desde la consciencia presenta dificultades casi insuperables, ...»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

«Estas últimas cualidades les hacen aptos para funciones muy alejadas de sus primitivos actos finales (es decir, capaces de sublimación).

»De estos destinos, nos ha dado a conocer, la observación, los siguientes:

La transformación en lo contrario.
La orientación contra la propia persona.
La represión.
La sublimación.

»Por motivos que actúan en contra de una continuación directa de los instintos, podemos representarnos también sus destinos como modalidades de la defensa contra ellos.» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

Sorprendente que estas fuerzas de la naturaleza se presten a un uso diferente del programado; es decir, a la sublimación en actividades sociales o culturales que no son fuente de placer corporal.

¿Cómo es posible que un instinto fijado filogenéticamente por la evolución de la especie transforme su destino en lo contrario? ¿No iría este cambio en contra de la preservación del individuo y de la misma especie?

¿Cómo es posible que las defensas de un individuo puedan oponerse a la fuerza de un instinto?

«el masoquismo no es sino un sadismo dirigido contra el propio Yo» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Cómo es que el instinto de conservación permite un mecanismo tan contrario a su fin como la tendencia destructiva del masoquismo?

«el masoquista comparte el goce activo de la agresión a su propia
persona»

¿Dónde queda el fin principal de la búsqueda de placer del instinto? El displacer es siempre rechazado.

«No parece existir un masoquismo primitivo» pero sí un sadismo primitivo de cuyo origen nada es dicho. Nos parece incompatible este sadismo primitivo con la búsqueda de placer como principio fundamental de la vida orgánica.

«que también

las sensaciones dolorosas, como en general todas las displacientes
se extienden a la excitación sexual y originan un estado placiente,

que lleva al sujeto a aceptar de buen grado el displacer del dolor.»

¿Cómo se explica esto? Dolor, placer y excitación sexual enlazados.

«El instinto de contemplación es, en efecto, autoerótico, al principio de su actividad; posee un objeto, pero lo encuentra en el propio cuerpo. Sólo más tarde es llevado (por el camino de la comparación) a cambiar este objeto por uno análogo del cuerpo ajeno.» (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Si ya encuentra satisfacción en el cuerpo propio por qué se daría el trabajo de buscar un cuerpo externo, que además puede en cualquier momento perder, para conseguir un placer semejante?

«El hecho de que en tal época ulterior del desarrollo se observe, junto a cada movimiento instintivo, su contrario (pasivo), merece ser expresamente acentuado con el nombre de «ambivalencia», acertadamente introducido por Bleuler.

La subsistencia de las fases intermedias y el examen histórico de la evolución del instinto nos han aproximado a la inteligencia de esta evolución. La amplitud de la ambivalencia varía mucho, según hemos podido comprobar, en los distintos individuos, grupos humanos o razas. Los casos de amplia ambivalencia en individuos contemporáneos, pueden ser interpretados como casos de herencia arcaica, pues todo nos lleva a suponer, que la participación de los movimientos instintivos no modificados, en la vida instintiva, fué en épocas primitivas, mucho mayor que hoy.»  (Freud, Las pulsiones y sus destinos)

¿Ambivalencia de los instintos en la herencia arcaica?

.                                                                                    ****

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