La ausencia de subjetividad en la Teoría del Narcisismo darwiniano

miércoles, diciembre 17, 2014






El narcisismo puede ser tomado como una auténtica perversión que abarca toda la vida sexual del sujeto. O puede ser tomado como la realización del objetivo de la especie en su ciego empuje hacia la conservación. Parecen estas dos perspectivas contrapuestas e irreconciliables. Intentaremos despejar hasta qué punto esto es cierto. Nuestro objetivo será plasmar en una breve reseña sobre el narcisismo, su origen y los presupuestos que lo sostuvieron en el siglo veinte bajo la subyacente y silenciosa influencia que la teoría de la evolución de las especies produjo en algunas teorías psicológicas construidas en dicho siglo.

Este artículo tomará la forma de simples notas sin pretensión alguna de orden teórico. Desde la ignorancia de un profano en la materia se me permitirá estas absurdas notas.

«Determinadas dificultades del análisis de sujeto neuróticos nos habían impuesto ya esta sospecha, pues una de las condiciones que parecían limitar eventualmente la acción psicoanalítica era precisamente tal conducta narcisista del enfermo. En este sentido, el narcisismo no sería ya una perversión sino el complemento libidinoso del egoísmo del instinto de conservación; egoísmo que atribuimos justificadamente, en cierta medida a todo ser vivo.» Freud, Introducción al Narcisismo.

Desde esta perspectiva («el narcisismo no sería ya una perversión sino el complemento libidinoso del egoísmo del instinto de conservación»), el sujeto en tanto subjetividad individual estaría totalmente excluido en cuanto al narcisismo se refiere.

«También el histérico o el neurótico obsesivo pierden su relación con la realidad, y, sin embargo, el análisis nos demuestra que no han roto su relación erótica con las personas y las cosas. La conservan en su fantasía; esto es, han sustituido los objetos reales por otros imaginarios, o los han mezclado con ellos, y, por otro lado, han renunciado a realizar los actos motores necesarios para la consecución de sus fines en tales objetos.» Freud, Introducción al Narcisismo.

«han renunciado a realizar los actos motores» Como si solo el acto motor corporal fuese la única forma de relacionarse con la realidad.

Se admite al mismo tiempo, sin embargo, que el neurótico satisface su libido en la fantasía que elabora de la realidad. Fragante contradicción entre la satisfacción por el acto motor y la satisfacción por la fantasía. Podríamos suponer igualmente que el psicótico satisface su libido en la elaboración de su discurso delirante y en la relación que mantiene con el mundo a través de este.

 «La vida anímica infantil y primitiva muestra, en efecto, ciertos rasgos que si se presentaran aislados habrían de ser atribuidos a la megalomanía: una hiperestimación del poder de sus deseos y sus actos mentales la «omnipotencia de las ideas» una fe en la fuerza mágica de las palabras y una técnica contra el mundo exterior: la «magia», que se nos muestra como una aplicación consecuente de tales premisas megalómanas.» Freud, Introducción al Narcisismo

 «una fe en la fuerza mágica de las palabras» ¡Vaya, vaya! Saquen sus propias conclusiones. No entraré aquí en este debate porque esto sería otra historia. Sigamos pues con el narcisismo y su relación con la realidad.

«advertimos, (...) la existencia de una oposición entre la libido del yo y la libido objetal. Cuando mayor es la primera, tanto más pobre es la segunda. La libido objetal nos parece alcanzar su máximo desarrollo en el amor, el cual se nos presenta como una disolución de la propia personalidad en favor de la carga de objeto, y tiene su antítesis en la fantasía paranoica (o auto percepción)» Freud, Introducción al Narcisismo

Libido del yo. ¿Pero la libido no provenía del cuerpo y de sus cargas instintivas? ¿Pueden existir instintos del yo? ¿O la palabra instinto, en este caso, significa otra cosa?

Si el individuo está al servicio ciego de la especie ¿cómo podría el débil yo oponerse a la fuerza de los instintos? ¿Podría el aparato discursivo que es el yo oponerse a la fuerza instintiva de la especie? Y si el yo tiene como función principal relacionarse con la realidad externa ¿cómo se explica que haya «oposición entre la libido del yo y la libido objetal»?

«Cuando mayor es la primera, tanto más pobre es la segunda.» ¿Se insinúa aquí que la libido del yo se basa en el narcisismo, que este se opone a la investidura libidinal de los objetos externos, que cuando el narcisismo domina no puede satisfacerse en el objeto externo?

«La libido objetal nos parece alcanzar su máximo desarrollo en el amor, el cual se nos presenta como una disolución de la propia personalidad en favor de la carga de objeto» ¿Realmente la personalidad se diluye en el amor hacia el otro o por el contrario esta es la situación donde el narcisismo más se satisface reforzando, por el valor atribuido por el otro, el narcisismo propio? Es también el caso del paranoico quien satisface su narcisismo con el reconocimiento por parte del otro de la valía de su discurso delirante.

«Qué relación puede existir entre el narcisismo, (...) y el autoerotismo...»

«Segunda: si atribuimos al yo una carga primaria de libido, ¿para qué precisamos diferenciar una libido sexual de una energía no sexual de los instintos del yo?» Si el yo no se mueve por una energía sexual ¿qué interés lo mueve?

«¿La hipótesis básica de una energía psíquica unitaria no nos ahorraría acaso todas las dificultades que presenta la diferenciación entre energía de los instintos del yo y libido del yo, libido del yo y libido objetal?» Freud, Introducción al Narcisismo

«los instintos autoeróticos son primordiales.» Si estos instintos narcisistas autoeróticos son primordiales, es decir que son el fundamento del funcionamiento de la mente, ¿cómo es que no dominarían todos los aspectos del aparato psíquico con su energía?

«Para constituir el narcisismo ha de venir a agregarse al autoerotismo.» Si «los instintos autoeróticos son primordiales» ¿cómo es necesario que «Para constituir el narcisismo ha de venir a agregarse al autoerotismo algún otro elemento.»?

«Desde luego, representaciones tales como la de una libido del yo, una energía de los instintos del yo, etc., no son ni muy claras ni muy ricas en contenido.?» Freud, Introducción al Narcisismo

«La división de la libido es una libido propia del yo y otra que inviste los objetos es la prolongación inevitable de una primera hipótesis que dividió los instintos en instintos del yo e instintos sexuales. Esta primera división me fue impuesta por el análisis de las neurosis puras de transferencia (histeria y neurosis obsesiva), y sólo sé que todas las demás tentativas de explicar por otros medios estos fenómenos han fracasado rotundamente.» (Freud, Introducción al Narcisismo) ¿Sería posible explicar este callejón sin salida desde otra óptica? ¿Por qué en este planteamiento no se tiene en cuenta la libido no yoica?

«Ante la falta de toda teoría de los instintos, cualquiera que fuese su orientación, es lícito, e incluso obligado, llevar consecuentemente adelante cualquier hipótesis, hasta comprobar su acierto o su error.

En favor de la hipótesis de una diferenciación primitiva de instintos sexuales e instintos del yo testimonian diversas circunstancias, además de su utilidad en el análisis de las neurosis de transferencia.

 Concedemos, desde luego, que este testimonio no podría considerarse definitivo por sí sólo, pues pudiera tratarse de una energía psíquica indiferente, que sólo se convirtiera en libido en el momento de investir el objeto.

Pero nuestra diferenciación corresponde, en primer lugar, a la división corriente de los instintos en dos categorías fundamentales: hambre y amor. [Nota: Aquí el amor, hace referencia, sin duda alguna, a la sexualidad en el sentido de la reproducción de la especie.]

En segundo lugar, se apoya en determinadas circunstancias biológicas.

 El individuo vive realmente una doble existencia, como fin en sí mismo y como eslabón de un encadenamiento al cual sirve independientemente de su voluntad, si no contra ella.

Considera la sexualidad como uno de sus fines propios, mientras que, desde otro punto de vista, se advierte claramente que él mismo no es sino un agregado a su plasma germinativo, a cuyo servicio pone sus fuerzas, a cambio de una prima de placer, que no es sino el substrato mortal de una sustancia inmortal quizá.

La separación establecida entre los instintos sexuales y los instintos del yo no haría más que reflejar esta doble función del individuo.

En tercer lugar, habremos de recordar que todas nuestras ideas provisorias psicológicas habrán de ser adscritas alguna vez a substratos orgánicos, y encontraremos entonces verosímil que sean materias y procesos químicos especiales los que ejerzan la acción de la sexualidad y faciliten la continuación de la vida individual en la de la especie. Por nuestra parte, atendemos también a esta probabilidad, aunque sustituyendo las materias químicas especiales por energías psíquicas especiales.» (Freud, Introducción al Narcisismo) Si la teoría es solo una elaboración provisional, solo válida, hasta que la ciencia biológica encuentre los «substratos orgánicos» de la sexualidad humana y de la libido, ¿cómo integraríamos estos substratos en la terapéutica de las enfermedades mentales?

«En favor de la hipótesis de una diferenciación primitiva de instintos sexuales e instintos del yo testimonian diversas circunstancias, además de su utilidad en el análisis de las neurosis de transferencia.» La utilidad para explicar la neurosis no debería determinar el carácter de la teoría de los instintos y dejar fuera de ella, es decir, sin explicar, a  tantos fenómenos cruciales, extendidos, y de suma importancia, como las psicosis, el autismo, el Síndrome de Asperger, los psicópatas, etc, etc.

«pudiera tratarse de una energía psíquica indiferente, que sólo se convirtiera en libido en el momento de investir el objeto.» Esta idea resulta ser sumamente atrayente: una «energía indiferente», (¿indiferenciada?), convertida, en el momento de la investidura, en diferentes tipos de libido según el ámbito en el que se ejecute.

«La separación establecida entre los instintos sexuales y los instintos del yo no haría más que reflejar esta doble función del individuo.» Los instintos sexuales estarían al servicio de la especie [Nota: ¿Esclusivamente?] mientras que los instintos del yo buscarían la satisfacción del individuo, considerado aquí como «un agregado a su plasma germinativo» «a cuyo servicio pone sus fuerzas» sin saberlo.

«Precisamente porque siempre procuro mantener apartado de la Psicología todo pensamiento de otro orden, incluso el biológico, he de confesar ahora que la hipótesis de separar los instintos del yo de los instintos sexuales, o sea la teoría de la libido,

no tiene sino una mínima base psicológica

y se apoya más bien en fundamento biológico.

[Nota: ¿En qué quedamos?

1) Se aparta la biología: «siempre procuro mantener apartado de la Psicología todo pensamiento de otro orden, incluso el biológico»;

2) Para afirmar en la frase siguiente que: «la teoría de la libido,

no tiene sino una mínima base psicológica

y se apoya más bien en fundamento biológico.»

Así, pues, para no pecar de inconsciente,

habré de estar dispuesto a abandonar esta hipótesis

en cuanto nuestra labor psicoanalítica nos suministre otra más aceptable sobre los instintos.

Pero hasta ahora no lo ha hecho. Puede ser también que la energía sexual, la libido, no sea, allá en el fondo, más que un producto diferencial de la energía general de la psique.» Freud, Introducción al Narcisismo

«El estudio directo del narcisismo tropieza aún con dificultades insuperables.

El mejor acceso indirecto continúa siendo el análisis de las parafrenias. (...) Tales caminos son la observación de la enfermedad orgánica, de la hipocondría y de la vida erótica de los sexos.»

«el sueño significa también una retracción narcisista de las posiciones de la libido a la propia persona...» Si el inconsciente está siempre funcionando, está forzosamente siempre satisfaciéndose más allá del sueño.

«El hipocondríaco retrae su interés y su libido con especial claridad esta última -de los objetos del mundo exterior y los concentra ambos sobre el órgano que le preocupa.» El hipocondríaco es un claro ejemplo de cómo funciona el narcisismo. El sujeto se satisface ocupándose intensamente de su cuerpo. Esto aporta una satisfacción inconsciente aunque el yo sufra de temor. Aquí apreciamos el inconsciente y el yo funcionando por separado, cada cuál buscando sus intereses. Nunca se deben mezclar estas dos instancias; pues ambas se desconocen entre ellas rotundamente. Lo que es bueno para el inconsciente no lo es para las ideas que el yo se hace de sí mismo, que, dicho sea de paso, siempre es una visión buena tanto para el yo como para las personas con las que se relaciona.

«Además, una vez familiarizados con la idea de enlazar el mecanismo de la adquisición de la enfermedad y de la producción de síntomas en las neurosis de transferencia -el paso de la introversión a la regresión-, a un estancamiento de la libido objetal, podemos aproximarnos también a la de un estancamiento de la libido del yo y relacionarlo con los fenómenos de la hipocondría y la parafrenia.» (Freud, Introducción al Narcisismo)
¿Cómo es posible que la libido, siendo la fuerza motora del organismo, (algo así como el principio vital de la vida y de todos sus procesos), se estanque? ¿Es esto una hipótesis más, conveniente para explicar la no satisfacción sexual presente en las neurosis como resultado del supuesto conflicto moral entre el superyo y los deseos inconscientes?

Teoría del estancamiento de la libido: «Naturalmente nuestro deseo de saber nos planteará la interrogación de por qué tal estancamiento de la libido en el yo ha de ser sentido como displacentero. De momento quisiera limitarme a indicar que el displacer es la expresión de un incremento de la tensión, siendo, por tanto, una cantidad del suceder material la que aquí, como en otros lados, se transforma en la cualidad psíquica del displacer. El desarrollo de displacer no dependerá, sin embargo, de la magnitud absoluta de aquel proceso material, sino más bien de cierta función específica de esa magnitud absoluta. Desde este punto, podemos ya aproximarnos a la cuestión de por qué la vida anímica se ve forzada a traspasar las fronteras del narcisismo e investir de libido objetos exteriores. La respuesta deducida de la ruta mental que venimos siguiendo sería la de que dicha necesidad surge cuando la carga libidinosa del yo sobrepasa cierta medida.» (Freud, Introducción al Narcisismo) Me parece sorprendente que la libido que es una energía sexual esté estancada en el yo («estancamiento de la libido en el yo»); cuando el yo es un estamento discursivo, es decir, pensamientos sobre las cosas.

Dice al mismo tiempo «que el displacer es la expresión de un incremento de la tensión, siendo, por tanto, una cantidad del suceder material». Si ocurre a nivel de la materia corporal en cuanto exceso de energía, es decir, «incremento de la tensión» de energía, esto solo puede ocurrir y bloquearse o estancarse en el cuerpo propio, aunque sea vivida por el yo como displacer; no podría nunca estancarse como energía en el yo que es una instancia de pensamiento. El yo podría sentir displacer ante la supuesta ausencia de descarga, pero solo eso. Tenemos aquí la teoría de las descargas fisiológicas según la cuál todo mecanismo fisiológico implica descargas de energía en su adecuado funcionamiento.

«A nuestro aparato psíquico lo hemos reconocido como una instancia a la que le está encomendado el vencimiento de aquellas excitaciones que habrían de engendrar displacer o actuar de un modo patógeno. La elaboración psíquica desarrolla extraordinarios rendimientos en cuanto a la derivación interna de excitaciones no susceptibles de una inmediata descarga exterior o cuya descarga exterior inmediata no resulta deseable. Mas para esta elaboración interna es indiferente, en un principio, actuar sobre objetos reales o imaginarios. La diferencia surge después, cuando la orientación de la libido hacia los objetos irreales (introversión) llega a provocar un estancamiento de la libido. La megalomanía permite en las parafrenias una análoga elaboración interna de la libido retraída al yo, y quizá sólo cuando esta elaboración fracasa es cuando se hace patógeno el estancamiento de la libido en el yo y provoca el proceso de curación que se nos impone como enfermedad.»  (Freud, Introducción al Narcisismo)

« Mas para esta elaboración interna es indiferente, en un principio,

actuar sobre objetos reales o imaginarios.» ¿Si la satisfacción de la libido puede tener lugar sobre objetos imaginarios, y el inconsciente no distingue los objetos imaginarios de los reales, (recuérdese la satisfacción alucinatoria del sueño), ¿por qué  la satisfacción imaginaria produciría «estancamiento de la libido»? Esto es planteado de esta forma porque seguramente se encuentra detrás un prejuicio según el cuál la forma natural de satisfacción pase por el uso del objeto real material. Si así fuere se estaría rebajando la complejidad mental del ser humano al funcionamiento material de las cosas.

«La megalomanía permite en las parafrenias una análoga elaboración interna de la libido retraída al yo, y quizá sólo cuando esta elaboración fracasa es cuando se hace patógeno el estancamiento de la libido en el yo.» ¿Una «elaboración interna de la libido»? ¿Hace referencia a elaboración de pensamiento o la libido puede ser elaborada por el yo de otra forma? ¿Qué significa que una elaboración de pensamiento al fracasar se transforme en patógena? ¿Y que un fracaso del pensamiento estanque la energía libidinal material del cuerpo? Creo que la materia del cuerpo funciona con sus propios mecanismos muy diferentes a los mecanismos del pensamiento.

«provoca el proceso de curación que se nos impone como enfermedad.»
El delirio como elaboración mental del estancamiento es un pensamiento sobre la supuesto estancamiento de la libido, en ningún caso el intento de curación de la enfermedad mental; pues esto supondría que la enfermedad mental podría curarse pensando.

«Como la parafrenia trae consigo muchas veces -tal vez la mayoría- un desligamiento sólo parcial de la libido de sus objetos, podrían distinguirse al -su

cuadro tres grupos de fenómenos:

1º. Los que quedan en un estado de normalidad o de neurosis (fenómenos residuales);

2º. Los del proceso patológico (el desligamiento de la libido de sus objetos, la megalomanía, la perturbación afectiva, la hipocondría y todo tipo de regresión), y

3º. Los de la restitución, que ligan nuevamente la libido a los objetos,

bien a la manera de una histeria (demencia precoz o parafrenia propiamente dicha),

bien a la de una neurosis obsesiva (paranoia).

Esta nueva carga de libido sucede desde un nivel diferente y bajo distintas condiciones que la primaria.» (Freud, Introducción al Narcisismo)

Pregunta: ¿Por qué hay dos grupos que ligan de nuevo de forma semejante la libido a los objetos?

¿Por qué tanto el obsesivo como el paranoico elaboran discursos? ¿Y el otro grupo qué elabora, acaso no piensan? El primer grupo elabora discursos sobre ideas y los segundos sobre el cuerpo propio. Pero ambos trabajan sobre una convicción, unos sobre el funcionamiento de una idea u hecho que va a ocurrir, y los otros sobre la convicción de que el cuerpo es y funciona de una forma determinada.

«... (los perversos y los homosexuales), no eligen su ulterior objeto erótico conforme a la imagen de la madre, sino conforme a la de su propia persona. Demuestran buscarse a sí mismos como objeto erótico, realizando así su elección de objeto conforme a un tipo que podemos llamar `narcisista'. En esta observación ha de verse el motivo principal que nos ha movido a adoptar la hipótesis del narcisismo.» (Freud, Introducción al Narcisismo)

«Decimos, por tanto, que el individuo tiene dos objetos sexuales primitivos: él mismo y la mujer nutriz, y presuponemos así el narcisismo primario de todo ser humano.»

¿Y si solo se tuviese a sí mismo como objeto sexual primitivo y su narcisismo primario se satisficiese solo en él mismo?

«En este tipo de mujer parece surgir, con la pubertad y por el desarrollo de los órganos sexuales femeninos, latentes hasta entonces,

una intensificación del narcisismo primitivo,

 que resulta desfavorable a la estructuración de un amor objetal regular y acompañado de hiperestimación sexual.

Sobre todo en las mujeres bellas nace una complacencia de la sujeto por sí misma que la compensa de las restricciones impuestas por la sociedad a su elección de objeto.

Tales mujeres sólo se aman, en realidad, a sí mismas

y con la misma intensidad con que el hombre las ama.

No necesitan amar, sino ser amadas,

y aceptan al hombre que llena esta condición. La importancia de este tipo de mujeres para la vida erótica de los hombres es muy elevada, pues ejercen máximo atractivo sobre ellos, y no sólo por motivos estéticos, pues por lo general son las más bellas, sino también a consecuencia de interesantísimas constelaciones psicológicas.»  (Freud, Introducción al Narcisismo)

«No necesitan amar, sino ser amadas» ¿No sería la mujer la prueba de que el narcisismo primario constituye la base de la personalidad y el modo de funcionamiento normal? ¿Por qué la mujer estaría en esta posición narcisista y el hombre no?

«sé muy bien que estas variantes corresponden

a la diferenciación de funciones en un todo biológico

extraordinariamente complicado. Pero, además, estoy dispuesto a reconocer que existen muchas mujeres que aman conforme al tipo masculino y desarrollan también la hiperestimación sexual correspondiente.»

«En el hijo al que dan la vida se les presenta una parte de su propio cuerpo como un objeto exterior, al que pueden consagrar un pleno amor objetal,

sin abandonar por ello su narcisismo.»

«El amor parental, tan conmovedor y tan infantil en el fondo, no es más que una resurrección del narcisismo de los padres...»

«Para mí resulta completamente imposible

fundar la génesis de la neurosis sobre la estrecha base del complejo de castración...»  (Freud, Introducción al Narcisismo)

Origen de la represión. «Hemos descubierto que las tendencias instintivas libidinosas sucumben a una represión patógena cuando

entran en conflicto con las representaciones éticas y culturales del

individuo. [Nota: ¿Por qué «las representaciones éticas y culturales» iban a tener más fuerza que los instintos, la libido y la sexualidad?]

No queremos en ningún caso significar que el sujeto tenga un mero conocimiento intelectual de la existencia de tales ideas sino que

reconoce en ellas una norma y se somete a sus exigencias. [Nota: ¿No puede ser que el sujeto finca someterse a las normas para sacar ventaja de ello?]

Hemos dicho que la represión parte del yo,

pero aún podemos precisar más diciendo que

parte de la propia autoestimación del yo.

Aquellos mismos impulsos, sucesos, deseos e impresiones que un individuo determinado tolera en sí o, por lo menos, elabora conscientemente, son rechazados por otros con indignación o incluso ahogados antes que puedan llegar a la consciencia.» «Podemos decir que uno de estos sujetos

ha construido en sí un ideal, con el cual compara su yo actual,

mientras que el otro carece de semejante formación de ideal. La

formación de un ideal sería, por parte del yo, la condición de la represión.» (Freud, Introducción al Narcisismo)

«A este yo ideal se consagra el amor de sí mismo

[Nota: Es decir que detrás del Yo Ideal y del Ideal del Yo tenemos al narcisismo.]

de que en la niñez era objeto el yo real.

El narcisismo aparece desplazado sobre este nuevo yo ideal,

adornado, como el infantil, con todas las perfecciones. Como siempre en el terreno de la libido, el hombre se demuestra aquí, una vez más,

incapaz de renunciar a una satisfacción ya gozada alguna vez.
[Si es incapaz de renunciar a una satisfacción ¿por qué iba a renunciar al narcisismo?]

No quiere renunciar a la perfección de su niñez, y ya que no pudo mantenerla ante las enseñanzas recibidas durante su desarrollo y ante el despertar de su propio juicio, intenta conquistarla de nuevo bajo la forma del ideal del yo. Aquello que proyecta ante sí como su ideal es la sustitución del perdido narcisismo de su niñez, en el cual era él mismo su propio ideal.»  (Freud, Introducción al Narcisismo)

«Examinemos ahora las relaciones de esta formación de un ideal con la sublimación.

La sublimación es un proceso que se relaciona con la libido objetal

y consiste en que el instinto se orienta sobre un fin diferente y muy alejado de la satisfacción sexual. [Nota: ¿Cómo es posible que el instinto se oriente hacia un objetivo tan poco natural?] Lo más importante de él es el apartamiento de lo sexual. [Nota: ¿Cómo es posible que el instinto sexual deje de serlo?]

La idealización es un proceso que tiene efecto en el objeto,

 engrandeciéndolo y elevándolo psíquicamente, sin transformar su naturaleza. La idealización puede producirse tanto en el terreno de la

libido del yo como en el de la libido objetal.

Así, la hiperestimación sexual del objeto es una idealización del mismo. Por consiguiente, en cuanto

la sublimación describe algo que sucede con el instinto

y la idealización algo que sucede con el objeto,

se trata entonces de dos conceptos totalmente diferentes.»

«La formación de un ideal del yo es confundida erróneamente, a veces, con la sublimación de los instintos. El que un individuo haya

trocado su narcisismo por la veneración de un ideal del yo,

no implica que haya conseguido la sublimación de sus instintos libidinosos.

El ideal del yo exige por cierto esta sublimación, pero no puede imponerla.

La sublimación continúa siendo un proceso distinto, cuyo estímulo puede partir del ideal, pero cuya ejecución permanece totalmente independiente de tal estímulo.» (Freud, Introducción al Narcisismo)

« La producción de un ideal eleva, como ya hemos dicho, las exigencias del yo y

favorece más que nada la represión.

En cambio, la sublimación representa un medio de cumplir tales exigencias sin recurrir a la represión.»

«De este modo son atraídas a la formación

del ideal narcisista del yo

grandes magnitudes de libido esencialmente homosexual [Nota: ¿Y porque iban a ser homosexual?] y encuentran en la conservación del mismo una derivación y una satisfacción.»

«Una parte de la autoestima es primaria: el residuo del narcisismo infantil;

otra procede de la omnipotencia confirmada por la experiencia (del cumplimiento del ideal);

y una tercera, de la satisfacción de la libido objetal.»

(Freud, Introducción al Narcisismo)

«En aquellos casos en los que no ha llegado a desarrollarse tal ideal, la tendencia sexual de que se trate entra a formar parte de la personalidad del sujeto en forma de perversión.»

«El enamoramiento consiste en una afluencia de la libido del yo al objeto. Tiene el poder de levantar represiones y volver a instituir perversiones.»
Si la moral del superyo es tan fuerte ¿cómo es que el enamoramiento vuelve a «instituir perversiones»?

«El ideal sexual puede entrar en una interesante relación auxiliar con el ideal del yo.Cuando la satisfacción narcisista tropieza con obstáculos reales, puede ser utilizado el ideal sexual como satisfacción sustitutiva. Se ama entonces, conforme al tipo de la elección de objeto narcisista. Se ama a aquello que hemos sido y hemos dejado de ser o aquello que posee perfecciones de que carecemos. La fórmula correspondiente sería: es amado aquello que posee la perfección que le falta al yo para llegar al ideal. Este caso complementario entraña una importancia especial para el neurótico, en el cual ha quedado empobrecido el yo por las excesivas cargas de objeto e incapacitado para alcanzar su ideal. El sujeto intentará entonces retornar al narcisismo, eligiendo, conforme al tipo narcisista, un ideal sexual que posea las perfecciones que él no puede alcanzar. Esta sería la curación por el amor, que el sujeto prefiere, en general, a la analítica.»

La curación por amor remueve más profundamente los cimientos del sujeto que la curación por el análisis de sus pensamientos. Hay que señalar que ambas son temporales.

«la incapacidad de amar del enfermo, provocada por sus extensas represiones» ¿Pero no hemos quedado anteriormente que es el narcisismo el que impide amar?

«el enfermo se sustrae a la continuación del análisis para realizar una elección amorosa y encomendar y confiar a la vida en común con la persona amada el resto de la curación. Este desenlace podría parecernos satisfactorio si no trajese consigo, para el sujeto, una invalidante dependencia de la persona que le ha prestado su amoroso auxilio.»
Toda relación es relación de dependencia. ¿Por qué la dependencia amorosa sería peor que cualquier otra?

«Del ideal del yo parte un importante cambio para la comprensión de la psicología colectiva. Este ideal tiene, además de su parte individual, su parte social: es también el ideal común de una familia, de una clase o de una nación. Además de la libido narcisista, atrae a sí gran magnitud de la libido homosexual, que ha retornado al yo. La insatisfacción provocada por el incumplimiento de este ideal deja eventualmente en libertad un acopio de la libido homosexual, que se convierte en consciencia de culpa (angustia social). La consciencia de culpa fue, originariamente, miedo al castigo de los padres o, más exactamente, a perder el amor de los mismos. Más tarde, los padres quedan sustituidos por un indefinido número de compañeros. La frecuente causación de la paranoia por una mortificación del yo; esto es, por la frustración de satisfacción en el campo del ideal de yo, se nos hace así comprensible, e igualmente la coincidencia de la idealización y la sublimación en el ideal del yo como la involución de las sublimaciones y la eventual transformación de los ideales en trastornos parafrénicos.»
(Freud, Introducción al Narcisismo)

Vaya galimatías que ha hecho donde no ha aclarado los fundamentos y la complejidad del narcisismo.

Vayamos al índice de las obras completas y estudiemos cada uno de los pasajes donde el narcisismo es mencionado.

Carlos del Puente


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