Los días o las mil y una noches en vela de sábanas blancas y otros menesteres 2
domingo, diciembre 28, 2014Los días o las mil y una noches en vela de sábanas blancas y otros menesteres.
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Tengo once años y no sé cómo contar la escena que estoy viviendo. En ese momento creo en la posesión del cuerpo por el Diablo. Tengo pruebas más que contundentes para decir esto. Una de esas noches en que yo vagaba en la oscuridad del circo, vi cómo el Diablo entraba en el carruaje de una joven que ha sido contratada hace pocos meses. Las primeras veces que presencié este demoníaco suceso salí huyendo endemoniado, como el que no tiene piernas, es decir, volando, y me encerré en mi cama con la cabeza bien tapada.
Un día esperé fuera a la pequeña diabla y le pregunté que porqué gruñía como un diablo por la noche. Ella sonrió y me mandó a limpiar las jaulas. Esa misma noche fui a mirar por su ventana. Tuve mucho cuidado de asegurarme de que el Diablo no hubiera venido. No sé si ella se dio cuenta de mi presencia. El caso es que se puso inmediatamente a retorcerse bajo la manta. Me fui convencido de que el Diablo la hacia sufrir por dentro. Estuve meditando toda la noche sobre cómo ese monstruo conseguía entrar en su cuerpo para provocarle todo ese dolor.
Una de esas noches estaba tan concentrado en mis ojos que no escuché llegar al Diablo. Es inútil explicar en detalle los golpes que recibí. Solo sé que recibí tal paliza que desde entonces tengo el Diablo dentro. Seguramente este es el método por el cual el Diablo se mete dentro de los cuerpos cuando no los encuentra en la cama.
Poseído, hice mío su comportamiento. Con una manta negra y sucia, que me cubría desde la cabeza todo el cuerpo, entré en aquel carruaje que tanto extraño interés me había despertado. Me metí con la manta puesta entre su manta y su cuerpo, y extrañamente por unas manos fui acogido. Soy incapaz de contar los pormenores de mi entrada en su cuerpo ni con que artimañas le produje tanto daño aquella noche y muchas otras. Tengo que decir que en mi vida estuve muchas noches como esta poseído y que siempre obtuve el mismo resultado. No diré aquí el nombre de esta chica porque no aporta nada al hecho y este nombre, que no recuerdo, me hará falta para otros personajes.
Carlos del Puente
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