Los días o las mil y una noches en vela de sábanas blancas y otros menesteres 3

domingo, diciembre 28, 2014


Los días o las mil y una noches en vela de sábanas blancas y otros menesteres.

3

Todos creían que yo sabía lo que pasaba en el circo, que yo era, sin duda, el maestro del secreto por el hecho mismo de que no hablaba. Aunque mis ojos podían delatar que ellos lo veían todo, mientras mi yo no se enteraba de nada. Me ponían cara de complicidad la mayor parte del tiempo, salvo cuando ellos creían que los había pillado infraganti. En eso caso surgía progresivamente otra cara superpuesta a la habitual: una capa de carne gruesa criminal, con rasgos luminosos, se iba extendiendo progresivamente desde el mentón hasta la frente, y el terrible efecto que me producía se me clavaba, como una espada ancha y gruesa, por la nuca hasta la parte baja del vientre. Conmocionado, huía, fuera del recinto del circo, a algún lugar donde no pudiera ser visto ni siquiera de lejos. Andaba haciendo un círculo alrededor del circo sin perderlo ni un solo instante de vista. Una vez llegada la noche, buscaba un escondite inaccesible donde medio dormía.

Carlos del Puente

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