Ahora mismo usted es sencillamente nadie. Ahora está pillado en las grietas del sistema. Aquí, la multitud de pasillos están cerrados. ¡Bienvenido al área internacional de la vida! Aquí solo puede hacer una cosa: esperar. Podrás mirar la comida pero no comprarla. Dormirás en cestas rectangulares de rejas como los japoneses pobres en Tokio. Te enviarán a viajar en el tiempo para encontrar el origen del mal. No podemos olvidar que el viaje en el tiempo es una de las expresiones del pensamiento mágico que, imperturbablemente, sigue vigente en la mente del ser humano. Tal vez porque sea una de las formas de procesar los datos. Algunos, sino muchos, creen aún en las siete copas de la ira de Dios, que verterán su contenido, gota a gota, sobre el hombre, eternamente. La realidad de la profecía que anunciaba la peste que aniquilaría a la Humanidad a finales del siglo veinte, tal vez, sea una de esas gotas.
     Ella está ahora emprendiendo un viaje forzado, hacia otra ciudad, hacia la ciudad del origen de la gran enfermedad. Este texto tiene que sufrir la perturbación que produce la simultaneidad del presente y del futuro. Conseguirlo es mi propósito, aunque no sé cómo lo voy a hacer, ni cómo quedará al final.