Los románticos

jueves, julio 07, 2016

A Nick le dice la novia con la que convive en la propiedad de ambos que ya no está enamorada de él y que no vuelva a casa esa noche. Total, que lo deja tirado en la calle. Se ponen los recuerdos de la felicidad perdida a envenenarlo de inmediato. Ella parece ocupar toda la cama donde él ya no está esta noche. Par consolarse recuerda los amores infantiles primero. Un amor natural y emocionante. Ya en Primaria su primer amor lo estaba engañando. Recuerda que ese sería su destino. Era un tío muy largo y ahora iba por la calle encogido. Durante algunos días siguió comprando dos cafés para llevar, al estilo americano, vasos de cartón pintados, se entiende. Por fin dice públicamente que no está bien, que está fatal. Se queja de que los demás estén contentos; no lo soporta. La vida de ellos parece una fiesta. Los árboles callejeros de la Navidad parecen apagados, mustios y menos verdes. Quería casarse con ella. ¡Eso piensa! Piensa en un estado social en lugar de preguntarse sobre ella. Su editor le dice que solo escribe bien cuando es abandonado. Nick lo niega, por supuesto; él no ve la relación entre una cosa y la otra. Ahora vuelve a somatizar sobre la garganta. Esta no se traga los malos golpes. Su editor le recuerda que sus lectores lo aman; ¡como si un amor y otro fuesen comparables! El editor habla como si hubiese encontrado la clave del problema: Nick no odias a nadie. Todos te caen bien. El editor le dice que él odia a casi todo el mundo y eso le hace la vida mucho menos complicada. El joven escritor se sorprende de tan extraña idea. Y piensa que este tío está amargado, por eso dice eso; pero no siente lo que dice.
     Nick acaba durmiendo en el cuarto rosa de la hija pequeña de su editor. ¡Patético!, piensa él. Intenta escribir en su portátil pero no creo que lo logre. Recuerda su amor de universidad. Había apuntado demasiado alto; se lo temía. Nick cometía siempre el mismo error: se enamoraba muy pronto y se lo hacía saber a la chica, cuyos sentimientos estaban siempre más atrás que los del joven. No cumplía la regla numero uno del amor: esperar a que ella sea siempre la que sienta primero antes de que él manifieste sus sentimientos. En el amor hay que sentir para adentro. Sacar un poquito y alternarlo con dudas y falsa indiferencia. Ellas saben lo que los hombres sienten detrás de la máscara. Hay que dejarlas que ellas lo descubran con mucha dificultad. Pero estaba claro que Nick era un escritor que no sabía nada sobre la mujer. Y esta ignorancia no es perdonable, ni en la vida ni por ellas. Total, como Nick no aprende, pues él cree que las cosas son como a él le gustaría que fuesen, le dice a la rubia universitaria que cree que se está enamorando de ella. Ella le pone la mano sobre la boca para que se calle. Ella lo compara con un chico de su clase, un guaperas; y se va. Primer palo.
     Al cabo de un tiempo él pilla a la rubia universitaria en la cama con su mejor amigo. Ella le dice que se aburría con él, que debería haber cortado antes; pero que no quería hacerle daño. ¡El colmo! Seguramente ella pensaba que decírselo le hubiese hecho más daño que una infidelidad oculta. Por eso de que ojos que no ven ojos que no sufren. Ya sé, ya sé que ese no es el dicho. No sean tan perfectos. No estamos en una clase.
     Nick recurría siempre a los estudios estadísticos para consolarse. Según estos, el 60% de los matrimonios son por conveniencia. Sin duda, él estaba convencido que el suyo no lo sería. No cayó en la cuenta que eso mismo pensaba ese 60%. Aunque, a veces, en momentos a penas lúcidos, se preguntaba sobre la causa de tanta equivocación.
     Convencido de que su actual novia ha reflexionado y ya está arrepentida de haber cortado con él, vuelve a su casa y constata que ella ha cambiado la cerradura. Después de ella negarle la entrada, él consigue entrar y se encuentra a un joven guapo en su cama. Ella le dice que con él nunca fue divertido porque hacía lo mismo todos los días. Y que todo lo que él hace la molesta: sus excentricidades, sus obsesiones, Él le dice que antes a ella no le molestaban. Ella le dice que sí le molestaban pero no le quedaba más remedio que aparentar que le gustaban. Nick coge la mochila con algunas de sus cosas y se va.
     En una película no culpamos al guionista de lo que ocurre, lo tomamos como realidad; en una novela, podemos pensar que el autor está forzando a los personajes según su manera de ver las cosas. Efectos psicológicos de la palabra escrita, tal vez.
     Nick se sienta en un banco hasta altas horas de la madrugada. Según parece con la mente vacía. Decide ir a un psicólogo. No quiere despertar por la mañana. En lugar de escucharlo para intentar resolver su problema, el terapeuta le cuenta que él se convirtió al judaísmo tras su primer divorcio. Las nuevas reglas de la vida cotidiana lo convirtieron en un hombre nuevo. El terapeuta le proponen que concentre todo su odio en ella. La garganta de Nick vuelve a hablar con su carne. También le propone que salga de fiesta, como él, todos los días de la semana. Se siente genial. Le propone salir juntos para conseguirle una pibita. Porque tener sexo, mucho sexo es la solución para todos los problemas.
     Nick: Toda relación empieza con una atracción física. Con su novia la relación empezó como una fuerza magnética.
     Esa misma noche sale de fiesta Nick y su terapeuta. El psicólogo le dice que las mujeres son como el Cubo de Rubik. La salida ha sido un fracaso de sexo.
     Al día siguiente Nick se cita con su ex. Él comete el error de decirle que la vida le va muy bien. Ella hace un gesto de desengaño. Él le dice que aún sigue enamorado de ella y le ofrece el matrimonio. Está claro que no se enteró de lo que ella le dijo. Ella le dice que la está acosando, que se está comportando como un psicópata, que no la respeta. Ella le pide que deje de llamarla, de enviarle notas y flores; que en dos meses él no ha cambiado. Ella le dice, antes de irse, que no volverán jamás, que se entere de una vez. Él le dice a voces que quiere ser su amigo. ¡Patético!
     Nick se compra una bici y pasa el primer semáforo en rojo; pero el destino no quiere ese suicidio. Finalmente decide volver a casa de sus padres con la foto de ella como fondo de pantalla. En el avión, una joven se fija en él y la garganta de Nick vuelve a hacer obstáculo.
     Vuelve a su habitación donde conserva las fotos de sus ex. Se da cuenta entonces que ha cogido la maleta de otra persona. La llama y resulta ser la chica que se había fijado en él durante el vuelo. La llama para recuperar su maleta y ella le pregunta si él se cree esas mierdas que escribe. Ella le da largas para no intercambiar las maletas. Él se queda atónito. No comprende el truco de seducción.
     Nick le dice a su amigo que solo sueña con ser feliz, que si quiere ser feliz ¿por qué fracasa? Nick cree que solo se puede ser feliz si se tiene a alguien con quien compartir. El amigo piensa que para triunfar y para ser feliz basta con pasar de todo, que te la sude. Nick no le ve la lógica. Sí, porque cuanto menos interés muestres más interés provocas en el otro. Estás hiriendo su narcisismo. Lo que es insoportable. Mientras menos se lo alimentas más querrá que se lo alimentes a toda costa. Simple, ¿no? ¡Qué estupidez! pensó Nick.
     La chica del avión está bailando con la música del bar. Nick se acerca impresionado. Ella se muestra excesivamente vulgar y ebria. Ella habla sobre su teoría del amor y él le pide que le devuelva su maleta. Ella le dice que hasta que no le dé respuestas no se la devolverá. Él no entiende. La chica se va.
     Una noche ella va a su casa a traerle la maleta y lo invita a salir. Él se niega. Ella insiste y salen. El pobre inocente se pone a contarle su relación con la otra. Error garrafal. Ella se desespera. Al cabo de unas semanas empieza una relación con ella y siente que ha engañado a su ex.
     Un día su ex vuelve y le dice que ningún hombre la ha querido como él. ¡Vaya, vaya! ¿Y ella? Ella le dice que lo echa de menos y que tomó la decisión equivocada. Ella le pide que vuelva a casa. Él está de acuerdo.
     Se lo dice a la chica del avión. Ella le dice que antes de conocerlo no se sentía sola, estaba sola.
     Nick y su ex van en coche hacia el aeropuerto y ella le dice que su madre está loca. Él ve la mala leche que ella siente. Se le bloquea de nuevo la garganta y le dice que la odia. Ella se excita y le dice que ella también lo odia mientras le pone la mano en el paquete. Él le repite varias veces que la odia y le dice que es la peor persona que ha conocido. Luego la deja tirada en el aeropuerto y se vuelve.
     He vuelto a por ti, le dice a la chica del avión. Ella le pregunta: ¿por qué? Emma, nadie me ha mirado nunca como tú.

Carlos del Puente "sobreguión".

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