La noche siempre es interior

miércoles, julio 06, 2016


Reena Hale, (Catarina), la unidad contra incendios de la policía de Baltimore
Bo ( Bowen Goodnight), el chico enamorado de Reena, de profesión carpintero
Bianca, la madre italiana
Gibson Hale, Gib, el padre
Fran, el hermana mayor
Bella, Isabella, la segunda hermana
Francesca, la hermana mayor
Xander, el menor de los hermanos
Joey Pastorelli, el vecinito italiano
John Minger, inspector
Laura Pastorelli, madre de Joey
Gina Rivero, la mejor amiga de Reena
Frank, hermano mayor de Gina
Josh Bolton, primera relación sexual



     Comparar el fuego con “una bestia sobrenatural que sale del útero” es una idea formidable y que posiblemente promete entregarnos los matices del alma de una mujer. Esa bestia que ensucia tiene siempre los ojos negros. Una bestia con memoria inconsciente, fundamentalmente destructora, una bestia sin culpabilidad ni pena, omnívora de ofrendas. Era un fuego de exaltación y posibilidades, una oculta fiesta interior que nadie ve si no se sabe.
     Joey Pastorelli, en su infancia, no tuvo otra forma de relacionarse con Reena que dándole una paliza sin motivo aparente alguno. ¡Quien sabe lo que corre por la mente hueca de un hombre a esa edad tan temprana!
     No olvidará aquella infancia porque el olvido no existe. Ni olvidará aquella noche en la que vio por primera vez un fuego que no era de carne. Creyó oír la voz del fuego. Creyó sentir dentro de su vientre sus dentelladas. Por un momento sintió como si hubiese sido ella la incendiaria, como si en la torpeza de la noche hubiese bajado sonámbula y hubiese encendido un mechero bajo la cortina a cuadros que colgaba de la puerta de la cocina del restaurante italiano de sus padres. Volvió la cabeza y vio a Joey. Lo miró durante un rato sin pensar en nada. El olor a humo se pegó a su piel para siempre.
     Bella estaba concentrada en sí misma delante de la ventana de Joey Pastorelli cuando la policía vino con una orden para detener al señor Pastorelli. Reena desmontaba todo en su mente salvo las cortinas de esa ventana porque en este momento le era imposible. No se contentó nunca con las explicaciones, tenía que pensarlo todo de nuevo por sí misma. Le fascinaban los secretos ajenos mientras mantenía oculto el suyo en un lugar que a veces ni ella misma encontraba.
     Si el padre de Joey Pastorelli es pirómano, y el chico es pirómano, solo faltaba que la protagonista también lo fuera. En este caso pirómanos por venganza. A veces, el fuego es una perversa sirena que se ha fugado del mar. El fuego es un sueño que arde. El odio como el fuego no están en el tiempo, lo desconocen. El fuego es el Minotauro del laberinto en llamas. Eres lo que cruzas; y si cruzas el fuego... Y si no lo cruzas acabarás enterrada en fuego. Son pájaros suicidadas que se prenden fuego. Cuando eres adicto al fuego has tragado tanto humo que estás negro por dentro y reluciente de belleza. El olfato de los pirómanos detectan el fuego a kilómetros de distancia. Son animales “filófugos”. La Bestia se había comido las plantas del edificio en llamas. Y ella contemplaba, fascinada, su rápida digestión. Como todo monstruo, la Bestia necesita comer para vivir; por eso adquirió pronto la cualidad de omnívora. En ese edificio, encontró Reena a un hombre calcinado que había quedado de rodillas. Fue su último acto de voluntad o de creencia. Las paredes quedaron manchadas de sombras fantasmales. Parecía el fuego haber nacido simultáneamente en multitud de vivos focos. Dicen que el fuego es un acelerador de la vida.


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