Que hacen de él una persona fragmentada, según los diversos episodios de la vida.
viernes, agosto 01, 2014
«A la identidad entendida en sentido narrativo corresponde una estructura temporal variable, que se puede asimilar al modelo de composición poética de un texto narrativo, en donde los trazos de la personalidad van cambiando de acuerdo con el desenvolvimiento del personaje y las diversas tramas que tiene que afrontar; y que permiten al personaje el cambio o mutabilidad en las coherencias e incoherencias de su experiencia vital, que hacen de él una persona fragmentada, según los diversos episodios de la vida. De tal suerte que el sujeto de la acción no solamente escribe su propia vida, sino que la rescribe constantemente al ubicarse en diversos contextos vitales. Pero, a su vez, interpreta la singularidad de su propia vida como si fuera un texto que discurre en el fluir de la existencia, haciéndose interprete de su voz interior que le exige, simultáneamente, leer sus propios dramas y conflictos. Es evidente que, por lo mismo, todo agente es no solamente lector del texto de su mundo de la vida sino que, además, siempre tiene preestablecido un mundo del lector, una precomprensión lingüística, con la cual se acerca a su propia biografía. “Como lo confirma el análisis literario de la autobiografía, la historia de una vida es refigurada constantemente por todas las historias verídicas o de ficción que un sujeto cuenta sobre sí mismo. Esta refiguración hace de la propia vida un tejido de historias narradas” 4.»
Jesús Ernesto Patiño Ávila
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