DESVARÍOS 7

miércoles, junio 03, 2015


El otro día conocimos a un fotógrafo, de esos que fotografían constantemente todo. En su casa tenía pinzas anchas para sujetar folios colgadas de las paredes. En su caso lo que pinzaba eran las fotos. Todas las fotos de hojas verdes las juntaba hasta que al pasarlas rápidamente hacían un árbol. Con las hojas secas hacia un suelo de bosque. Con los troncos de árboles, casas. Y así sucesivamente. Cuando todas las paredes quedaron llenas, tendió de pared a pared finos hilos resistentes, de tal modo que las fotos agrupadas pendían de las anchas pinzas metálicas. Una vez que hizo viento de otoño y dio la torpe casualidad de que había ventanas abiertas que hacían corriente, los lotes de fotos se movieron y aparecieron árboles y casas y otras cosas, es decir, todas. Como el fenómeno natural le gustó, evidentemente, compró grandes rollos de papel blanco de «seda». No dudarán ustedes que sobre él reveló sus fotos nuevas. Con trozos de diversas formas y tamaños hizo murales colgados de todos los techos, de tal forma que su casa parecía un mundo entero bamboleante.

Carlos del Puente

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