El doble en Dostoyevski. Encuentro en la calle estilo Kafka

miércoles, abril 09, 2014

"El desconocido estaba sentado en su propia cama, sin quitarse el gabán y el sombrero; y con una ligera sonrisa, frunciendo levemente el entrecejo, le dirigía un amistoso movimiento de cabeza. El señor Goliadkin quiso gritar, pero no pudo; protestar de alguna manera, pero le fallaron las fuerzas. Se le erizó el cabello y se desplomó exánime del horror que sentía. ¿Y cómo no? El señor Goliadkin había reconocido enteramente a su amigo nocturno.

Su amigo nocturno no era otro que él mismo,

el propio señor Goliadkin, otro señor Goliadkin, pero

absolutamente idéntico a él...

En una palabra, su doble."

"Eran ya casi las nueve y media.

 —Bueno. Ya son las nueve y media —pensaba—. Es tarde para ir allá.

Además, estoy enfermo.

¡Claro que estoy enfermo! ¡Indiscutiblemente enfermo! ¡A ver quién dice que no lo estoy! Y si mandan a investigar,

¡pues que venga el inspector!"


"Quien ahora estaba sentado enfrente del señor Goliadkin era el terror del señor Goliadkin,

la vergüenza del señor Goliadkin,

su pesadilla de la víspera, en una palabra, era el propio señor Goliadkin. No el que ahora boquiabierto, estaba sentado en su silla con una pluma seca en la mano. No el ayudante del oficial mayor.

No al que le gustaba disolverse y perderse en la multitud.

No aquél, por último, cuyo continente al andar proclamaba «No me toque usted y yo no le tocaré», o «no me toque, que no le voy a hacer nada». No. Ese era otro señor Goliadkin,

enteramente diferente y, sin embargo, enteramente idéntico al primero,

 de la misma altura, del mismo talle, vestido del mismo modo, con la misma calvicie. En suma, nada, absolutamente nada, faltaba para una semejanza completa, de tal modo que si los colocasen uno junto a otro nadie, absolutamente nadie, se hubiese comprometido a decir

cuál era el auténtico Goliadkin y cuál el falso,

cuál el viejo y cuál el nuevo,

cuál el original y cuál la copia...

Nuestro héroe, si cabe la comparación,

se parecía a un hombre sobre el cual, por vía de diversión, un bromista

ha enfocado una lente cóncava. —¿Qué es esto? ¿Es sueño o no?"

"el primer ejemplo de tamaña bufonada.

Llegó, por fin, a dudar de su propia existencia"

"—Sí —dijo Antón Antonovich reflexionando un momento como si por vez primera se diese cuenta del caso—. Sí. Justamente.

 El parecido es, en efecto, sorprendente.

 Y no se equivoca usted.

Podría confundirse al uno con el otro

 —agregó asombrado, abriendo los ojos cada vez más—. ¿Y sabe, Yakov Petrovich?

 Es un parecido prodigioso, fantástico,

como se dice a veces...

Él es igual que usted...

¿Lo ha notado, Yakov Petrovich? Yo también quería preguntárselo, aunque al principio no me fijé mucho. ¡Prodigioso! ¡Verdaderamente prodigioso!"

"El señor Goliadkin había puesto su sombrero en la repisa de la ventana. A causa de un movimiento descuidado el sombrero cayó al suelo. El visitante se lanzó veloz a recogerlo, le limpió el polvo, lo volvió a colocar en el sitio de antes,

 a la vez que ponía el suyo en el suelo, junto a una silla,

 al borde de la cual tomó asiento sumisamente."

"La historia del señor Goliadkin II duró tres o cuatro horas, aunque estaba compuesta de incidentes baladíes y, casi cabe decir, mezquinos. Era algo

relativo a su servicio en una audiencia de provincia, a fiscales y presidentes de tribunal, a intrigas oficinescas, a la depravación de cierto oficial mayor, a un inspector general, a la sustitución sumaria de un jefe de negociado,

y a cuánto había padecido el señor Goliadkin II

sin culpa alguna de su parte."


"Su expresión denotaba el deseo de agradar al dueño de la casa y era la de

un hombre a quien le remuerde la conciencia y se siente culpable ante otro.

Si la conversación versaba, por ejemplo, sobre alguna cuestión debatible, el invitado se manifestaba al momento conforme con la opinión del señor Goliadkin. Si por error su parecer contradecía el del señor Goliadkin y se percataba del error, al punto rectificaba lo dicho, se explicaba y daba a entender que sus ideas concordaban en todo con las del anfitrión, que pensaba igual que éste y

 lo veía todo desde idéntico punto de vista."

Dostoyevski


[Nota: ¿El doble aparece en Kafka representado por los dos personajes que hacen acto de presencia a la vez siempre, produciendo así sentimiento de extrañeza, enigma e inquietud?]

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