"La razón no puede dominar esas convulsiones"

miércoles, abril 16, 2014



"Un penado ha vivido pacíficamente varios años consecutivos; su conducta ha sido tan ejemplar, que ha merecido ser nombrado cabo de varas;

mas, de pronto, se rebela y no retrocede ante ningún crimen,

 como un asesinato, ni ante un delito grave, una violación, por ejemplo. Todos se hacen cruces en vista de un cambio tan radical como inesperado, y tratan de hallar la causa.

Aquello no es más que la manifestación angustiosa y convulsa de su personalidad; una melancolía instintiva, un deseo irresistible de hacer valer su yo envilecido, sentimientos que nublan su mente.

Es como un ataque epiléptico, un espasmo: el hombre sepultado vivo vuelve en sí de súbito, forcejea desesperadamente para levantar la tapa de su féretro, aunque la razón le convenza de la inutilidad de sus esfuerzos;

pero la razón no puede dominar esas convulsiones.

Es preciso no olvidar que casi todas las manifestaciones voluntarias de la personalidad de los forzados son consideradas como un delito; por eso le tiene sin cuidado que esas manifestaciones sean o no insignificantes. Riesgo por riesgo, es preferible tirarse a fondo y llegar hasta el homicidio, si es preciso. Lo único que cuesta es el primer paso; luego, poco a poco, el hombre se exalta; se ciega y nada puede contenerlo. Por esto, sería mejor no impulsarle a esos extremos."

Dostoyevski


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