El topo: Aquí estuvo una personalidad sin persona de la cuál me acuerdo, pero no puedo decir su nombre porque solo a nombrarse empieza

domingo, abril 06, 2014




"La víctima (...) sufre y desea torturarse y casi encuentra placer en ello."

"Había nacido muy esclavo"


"pero también tenía miedo al agua"


"Impresionado por el más pequeño reparo, vivía en constante turbación por el temor de cometer una falta.

Empero, estando a la caza de todas las injusticias

y exigiendo mucho de sí mismo, vigilaba rigurosamente las equivocaciones de sus hermanos.

 Si éstas no eran castigadas, se sentía profundamente afligido;

si ellos eran recompensados sin motivo, su sentimiento de justicia le hacía sufrir.

 Además, lo consideraban envidioso. Entonces iba a lamentarse ante su madre. En algunas ocasiones ella le daba la razón o le invitaba a no ser tan severo. No obstante, lo eran con él y le imponían serlo consigo

 En tales momentos, se retiraba y se tornaba amargo.

Más tarde llegó a ser esquivo y solitario.

Y cuando alguna cosa iba a ser repartida se escondía lo más lejos posible

¡para complacerse en ser olvidado!

Se dedicó a criticar y a disfrutar atormentándose.

Luego cayó en una melancolía que intempestivamente se transformaba en violencia."

Strindberg


«Le Capitaine : Et c’est pourquoi je veux mourir. Faites de moi ce que vous voulez. Je n’existe plus. »

« Le Pasteur [à Laura] : Montre-moi tes mains. Pas une tache de sang ! Pas la moindre tache de poison ! Un bon petit assassinat, bien légal ! Inconscient ! Inconscient ! Quelle belle trouvaille ! »

Strindberg, Père


 « Il me semble, en me référant à mon expérience, que la suggestion n’est autre chose que la lutte du cerveau le plus fort contre le plus faible et sa victoire sur celui-ci, et que ce processus s’accomplit dans la vie de tous les jours sans que nous en prenions conscience. »

« La lutte pour le pouvoir, c’est la lutte des cerveaux, maintenant que la lutte des muscles est quelque peu tombée en désuétude. Et la lutte des cerveaux, si elle est moins sanglante, n’en est pas moins terrible. »

« Jadis on tuait un adversaire qui ne pensait pas comme vous ; aujourd’hui, on commet ce que j’appellerai un meurtre moral. On lui refuse la considération sociale, on le ridiculise, on le calomnie et on brise ainsi son existence. »

« On sait que rien ne détraque davantage le mécanisme normal de la pensée que les espoirs déçus, et quand cette torture est poussée assez loin, elle peut provoquer la folie.»


Strindberg, Vivisections




« Je me fais l’impression d’un somnambule ;

c’est comme si l’imagination et la vie se mélangeaient.

Je ne sais pas si Père est imagination ou si ma vie l’a été. »

Strindberg, Lettre de 1887




 « Connais-tu le pays des citronniers en fleurs,

Et des oranges d’or dans le feuillage sombre,

Et des brises soufflant doucement du ciel bleu,

Du myrte silencieux et des hauts lauriers droits ?

Ne le connaîtrais-tu point ? – Oh, là-bas, je voudrais,

Là-bas, ô mon amour m’en aller avec toi. »

Goethe, Les Années d’apprentissage de Wilhelm Meister



« Quelle lugubre blague que la vie ! »

Strindberg, Inferno, 1897




"Dans Inferno, il écrit :

« Un courant électrique me cherche le cœur, mes poumons cessent de fonctionner, il faut que je me lève si je veux échapper à la mort »"


"Todos los gestos faciales los hacía con las fosas de la nariz, que podía mover a voluntad, y que, tan grandes como las de un feto, a veces resollaban humo, y otras aleteaban como el hocico de un quiróptero o un conejo. Podía hacer trucos con las fosas nasales: reír con ellas, haciéndolas saltar; llorar con ellas, haciendo que lágrimas internas corrieran por canales subterráneos; enojarse con ellas, mostrar desprecio, burlarse, resoplar."

"estaba usando a Falkenström como fuente de energía, y a base de pisotearlo alcanzaba a duras penas cierta autoestima que, de otro modo, le habría faltado."

"Los pocos que se suscribieron al nuevo periódico se acabaron dando cuenta de que les estaban haciendo vivir en un mundo irreal, adulterado, corrompido, y donde todo marchaba al revés. No tanto por lo que salía en periódico, sino por lo que no salía en él."


"y además era tan engreído que hacía suyos los homenajes que rendían a su esposa."



"Zachris, ese hombrecillo feo e insignificante, no habría llegado nunca a nada si no hubiera poseído ciertas terribles cualidades subterráneas que le eran muy útiles en la lucha por la vida.

Albergaba un tremendo vacío que era preciso llenar y su voracidad era ilimitada.

Devoraba a la gente, engullía sus capacidades,

se atiborraba a costa del patrimonio ajeno y tenía una gran capacidad para entrometerse en las vidas de los demás, para arar con la novilla ajena,


hasta el punto de que su personalidad llegaba a confundirse con la de otras personas.


Cuando leía un buen libro, creía haberlo escrito él mismo,

y se ponía enseguida a escribir sobre él una sarta de  digresiones  que  machacaban  al  maestro,  si  bien  de  una  manera encantadora, y destrozaban el original, dando así la impresión de que era más sabio que el propio sabio."


"a tratarlo con sorna, con desprecio, de modo que el niño fue definiendo una vocación de humorista.

Con dos años ya decía palabrotas y bebía ponche, tuteaba a su padre y a su madre, y se dirigía a ellos siempre con un «¡Oye, tú!». Recibía a los invitados con insultos; escuchaba las conversaciones de sus padres y aireaba todos sus secretos. Incluso pedía dinero a los amigos de la familia y lo escondía en una hucha.

Dos años después, Zachris cometió un nuevo ultraje y engendró otro niño, al cual su hermano mayor, pegándole ya en la propia cuna, convirtió en un introvertido y futuro escritor satírico."



"pero no sonaban como gritos de dolor, sino de cólera, de rabia por que alguien se atreviera a hacerle daño. El granuja que venía de camino se estaba atreviendo a hacer aquello a lo que nadie se había atrevido."


"sonreía chistosamente con el bigote, pero lloraba whisky por los ojos."


"le obligó a ver la cabeza de Medusa durante nueve meses seguidos."

" y le pagó el peso en oro de su propia cabeza con tal de que no se la cortara."


"Al ver al pequeño escritor en dicho entorno, se comprendía al instante la falsedad de todo el montaje, y su repulsiva e insignificante figura parecía  empequeñecerse  aún  más,  por  el  contraste.  Era  totalmente inverosímil que a quien se tenía enfrente fuera un poeta, y cuando inauguraba la reunión con un arrogante «Hoy he recibido una carta de Ibsen»,  a  uno  le  entraban  unas  súbitas  ganas  de  cortarle  diciendo: «¡Mentira!». Del mismo modo, toda su guarida parecía abarrotada de cosas robadas."




"Los deseos de todos podían ser realizados, los del chico debían ser reprimidos; él no podía hacer nada sin sentirse culpable, no podía ir a parte alguna sin molestar, no podía decir una palabra sin perturbar a alguien; finalmente no osaba ni moverse. Su más grande deber, su más alto mérito era sentarse sobre una silla y callarse.




No te está permitido desear, escuchaba decir a cada instante y de este modo se gestaba en él un carácter sin voluntad."



"Tenía miedo a la oscuridad, tenía miedo a los golpes, miedo a no hacer nada correctamente, miedo a caerse, miedo a tropezar, miedo a estorbar. Tenía miedo a los puños de sus hermanos, a las palizas de los criados, a las reprimendas de la abuela, al látigo de su madre y al bastón de su padre; tenía miedo al asistente del general que permanecía en el rellano con su casco en punta y su sable, miedo del administrador cuando jugaba en el patio cerca del cajón de las basuras, miedo del consejero de Estado, el propietario, a quien nunca se le veía, puesto que siempre estaba en el campo y que, precisamente por esta causa, era tal vez el más temido."


"pero luego volvió despacito,

como un topo por las galerías que él mismo había cayado,

las cuales le llevaron, tanto hasta

el Secretario de la Academia,

como al profesor Stenkähl, o incluso basta las oficinas de la publicación El Bienestar del Pueblo Hermano.

 Escribía libros, pero nadie sabía muy bien por qué:

en ellos no había pathos, ni expresaban odio a la bajeza o la mentira, ni amor a la verdad, la grandeza o la fuerza.

Era una época peligrosa para tener opiniones propias: por opiniones se entendían aquellas que significaran un nuevo punto de vista sobre viejos problemas. Se podían tener en cambio ideas viejas sobre problemas nuevos:

así que la prohibición de tener opiniones era pura trapacería.

 Zachris tenía sin embargo una opinión que constituía su programa secreto: él había de subir a toda costa. Y para ello no escatimaba medios.

 La dificultad radicaba en ser capaz de ocultar su juego."


"Zachris admiraba y apreciaba enormemente a dicho sujeto, pues se atrevía a cometer todos aquellos actos que el propio Zachris no se atrevía a cometer, y así éste se aprovechaba de todos sus crímenes como si él mismo fuera el autor, pero eludiendo toda responsabilidad. Y es que estaba en su idiosincrasia

 el no hacer y experimentar las cosas por sí mismo,

en parte debido a que tenía una personalidad débil de nacimiento,

 y en parte porque la había ido perdiendo a lo largo de la vida o, más bien, la había vendido en el mercado de la felicidad."


Strindberg

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