Derrida ¿Qué es la deconstrucción?

domingo, noviembre 03, 2013



"El concepto de desconstrucción participa a la vez de la filosofía y de la literatura y fue incoado por Heidegger en Ser y Tiempo.

Sin embargo, es la obra de Derrida la que ha sistematizado su uso y teorizado su práctica. Como explicó el mismo Derrida en su Carta a un amigo japonés, la palabra “déconstruction” intenta traducir y asimilar para sus propios fines

los términos heideggerianos Destruktion y Abbau

empleando una palabra francesa, cuyos variados usos parecían compatibles con su noción de “différance”. La deconstrucción se relaciona en general con la tradición filosófica occidental, aunque está específicamente ligada a disciplinas académicas tales como la lingüística y la antropología, las llamadas “ciencias humanas” en Francia. El examen conceptual e histórico de las fundaciones filosóficas de la antropología es el centro de este pensamiento. La desconstrucción sería, por tanto, una generalización por parte de Jacques Derrida del método implícito en los análisis de Heidegger, fundamentalmente en sus análisis etimológicos de la historia de la filosofía.

Consiste en mostrar cómo se ha construido un concepto

cualquiera a partir de procesos históricos y acumulaciones metafóricas (de ahí el nombre de deconstrucción),

mostrando que lo claro y evidente dista de serlo.

Los instrumentos conceptuales utilizados por la conciencia en su trato con lo verdadero en-sí son históricos, relativos y sometidos a las paradojas de las figuras retóricas de la metáfora y la metonimia.

Derrida entiende que la significación de un texto dado (ensayo, novela o cualquier documento escrito) es el resultado de la diferencia entre las palabras empleadas,

y no la referencia a las cosas que ellas representan;

se trata de una diferencia activa, que trabaja en citas cruzadas el sentido de cada uno de los vocablos que ella opone,

de una manera análoga a la significación diferencial saussuriana en lingüística.

Para marcar el carácter activo, dinámico, de esta diferencia (en lugar del carácter estático y consistente de la diferencia relativa entre los conceptos de un juicio)

Derrida sugiere el término de différance, “diferencia”, término que combina “diferenciar”, “diferencia” y el participio presente del verbo “diferir”.

En otras palabras, las diferentes significaciones de un texto pueden ser descubiertas descomponiendo la estructura del lenguaje dentro del cual está redactado.

 Pero esta significaciones no remiten a la realidad

sino sólo al texto en una infinidad de interpretaciones diferenciadas y nunca estables porque se desplazan las unas a partir de las otras, en un perpetuo devenir verbal que no se consolida bajo ninguna forma esencialmente fija.

La deconstrucción niega la posibilidad de la denotación pura, de la referencialidad del texto.

Ante la dictadura del canon y la arquitectura plantea la anarquía de la polisemia, estableciendo que el acto de lectura genera infinitas diseminaciones.

Frente a un texto será imposible determinar una lectura como buena o mejor que otra.

Las lecturas posibles serán así infinitas porque jamás lectura alguna alcanzará el buen sentido o se adecuará a ninguna referencia.

Por último la deconstrucción se aplica a todos los factores que pueden funcionar como centro estructural de un texto (significado trascendental, contexto, contenido, tema...) de manera que no puedan detener el libre juego de la escritura.

Con todo ello la deconstrucción va a plantear básicamente una disociación hiperanalítica del signo proponiendo un protagonismo disolvente del significante afirmando que cualquier tipo de texto (literario o no) se presenta no solamente como un fenómeno de comunicación, sino también de significación e interpretación infinita que se mueve entre la negación y la afirmación del signo.

La “différance” posibilita este razonar sin principio ni término absoluto,

porque lo único absoluto es la “différance” misma. La “différance” es lo otro que permite el acto de razonar sin que ninguna representación pueda detener esa “différance” perpetuamente activa. La “différance” es lo mismo que encuentra su intento de repetición en cada uno de nuestros razonamientos, sin llegar a aferrarla ni objetivarla. Cada determinación, cada uno, cada ente, lo múltiple del ámbito óntico, es el suplemento derivado de esta repetición que intenta inútilmente capturar lo mismo, abarcar el ser en el tiempo."


Desiderio Parrilla Las tres versiones rivales de la filosofía en René Girard pp.646-648

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