Proust «esos yoes de recambio»
martes, julio 29, 2014
«Ese nuevo ser que soportaría con facilidad vivir sin Albertina había hecho su aparición en mí, ya que pude hablar de ella en casa de madame de Guermantes con palabras afligidas pero sin sufrimiento profundo. [...] Con el olvido, ese ser tan temido, y beneficioso, que no
era otro que uno de esos yoes de recambio
que el destino nos reserva y que, sin oír nuestras súplicas más que un médico clarividente y, por tanto, autoritario,
sustituye a pesar nuestro, con una intervención oportuna,
al yo realmente demasiado maltrecho,
me traía por el contrario una supresión casi completa del sufrimiento.
Por lo demás, este recambio ocurre de vez en cuando, como la erosión y la reparación de los tejidos,
pero sólo nos damos cuenta cuando el antiguo soportaba un gran pesar,
un cuerpo extraño e hiriente, que nos asombra no volver a encontrar,
maravillados de habernos transformado en otro,
alguien para quien el sufrimiento de su predecesor no es ya sino un sufrimiento ajeno,
del que puede hablar con compasión porque ya no lo siente. [...]
Nuestro afecto por los demás se debilita no porque ellos hayan muerto,
sino porque morimos nosotros.»
Proust [AD 174-175]
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