Proust Yos sucesivos
miércoles, julio 30, 2014
«Esto no es sólo cierto en cuanto a nuestro yo permanente, que se prolonga tanto como dura nuestra vida, sino en cuanto a todos nuestros yos sucesivos, que, en suma, le componen en parte.»
«Por otra parte, ¿debía yo pensar que estas particularidades morirían? Siempre consideré nuestro individuo, en un momento dado del tiempo, como un pólipo en que el ojo, organismo independiente aunque compuesto, cuando pasa una partícula de polvo, guiña sin que la inteligencia lo ordene, más aún, en que el intestino, parásito escondido, se infecta sin que la inteligencia se entere; pero también en la duración de la vida, como una serie de yos yuxtapuestos pero distintos que morirían uno tras otro o hasta alternarían entre ellos, como los que en Combray tomaban para mí el lugar uno de otro cuando llegaba la noche. Pero también había visto que esas células morales que componen un ser son más duraderas que él.»
«El yo que yo era entonces, y que por tanto tiempo había desaparecido, estaba de nuevo tan cerca de mí que me parecía estar oyendo las palabras inmediatamente anteriores y que no eran, sin embargo, más que un sueño, de la misma manera que un hombre mal despierto cree percibir muy cerca los sonidos de un sueño que huye. Ya no era más que aquel ser que quería refugiarse en los brazos de su abuela, borrar las huellas de sus penas besándola, nada más que aquel ser que cuando yo era uno u otro de los que se habían sucedido en mí desde hacía algún tiempo, tan difícil me hubiera sido figurármelo como esfuerzos me costaba ahora, estériles por lo demás, resistir los deseos y los goces de uno de los que, al menos por un tiempo, ya no era.»
Proust
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