Dostoievski, La idea delirante de los presentimientos
sábado, abril 04, 2015
«Sí, a veces la idea más delirante, la que parece más imposible,
se le clava a uno en la cabeza con tal fuerza que acaba por juzgarla realizable...
Más aún, si esa idea va unida a un deseo fuerte y apasionado acaba
uno por considerarla a veces como algo fatal, necesario, predestinado,
como algo que es imposible que no sea, que no ocurra.
Quizá haya en ello más: una cierta combinación de presentimientos,
un cierto esfuerzo inhabitual de la voluntad, un autoenvenenamiento
de la propia fantasía, o quizá otra cosa... no sé. Pero esa noche (que
en mi vida olvidaré) me sucedió una maravillosa aventura.
Aunque puede ser justificada por la aritmética, lo cierto es que para mí sigue siendo todavía milagrosa. ¿Y por qué, por qué se arraigó en mí tan honda y fuertemente esa convicción y sigue arraigada hasta el día de hoy? Cierto es que ya he reflexionado sobre esto repito, no cómo sobre un caso entre otros (y, por lo tanto, que puede no ocurrir entre otros),
sino como sobre algo que tenía que producirse irremediablemente.»
Dostoievski, El jugador.
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