"Se trata de un mito explicativo que se ha ido formando en mí a lo largo de décadas."
jueves, enero 02, 2014
"El mándala es una imagen arquetípica cuya existencia a través de los milenios
puede comprobarse. Caracteriza la totalidad o simboliza la totalidad de la persona,
del fundamento del alma expresada míticamente: simboliza el fenómeno de la
divinidad encarnada en el hombre. En contraposición al mándala de Boehme,
el moderno aspira a la unidad, es decir, representa una compensación de la
escisión, o una superación anticipada de la misma. Dado que este proceso tiene
lugar en el inconsciente colectivo, se manifiesta en todas partes. De ello es
testimonio también el rumor de los OVNIS; constituye el síntoma de una
predisposición universalmente existente. En la medida en que el tratamiento
analítico pone de relieve las «sombras» produce un desdoblamiento y tensión
en los polos opuestos que buscan una compensación en la unidad. La
mediación se produce a través de los símbolos. La tensión entre los extremos
llega hasta el límite de lo soportable cuando se la toma en serio o se es tomado
en serio por ella. El tertium non datur de la ica se conserva: no se puede ver
solución alguna. Cuando todo va bien, surge espontáneamente de la naturaleza.
Entonces, y sólo entonces, resulta convincente. Se experimenta como tal y se
denomina «gracia». Puesto que la solución nace de la contraposición y lucha
entre los contrarios, se manifiesta casi siempre como una mezcla indescifrable
de circunstancias conscientes e inconscientes y por ello es un «símbolo» (una
moneda partida cuyas mitades se adaptan exactamente).6 Representa el
resultado de la cooperación de la consciencia y el inconsciente y alcanza la
analogía de la imagen de Dios en la forma del mándala, que es el esbozo más
sencillo de una representación de totalidad y se ofrece espontáneamente a la
imaginación para representar los contrarios, su lucha y su reconciliación en
nosotros. La divergencia que primeramente es de naturaleza puramente personal
es seguida pronto de la opinión de que el antagonismo subjetivo no constituye
sino un caso particular del antagonismo del mundo en general. Nuestra psique
es configurada por la estructura del mundo y lo que sucede a gran escala acontece
también a escala mínima y en lo más subjetivo del alma. Por ello la imagen de Dios
es siempre una proyección de la experiencia interna de un adversario poderoso.
Esta imagen se simboliza mediante objetos por los cuales la experiencia interna
ha encontrado una salida y que a partir de entonces han adoptado un significado
numinoso, o están caracterizados por su nu-minosidad y su fuerza extraordinaria.
En este caso, la imaginación se libera de la mera objetivación e intenta proyectar
la imagen de lo imperceptible, detrás de los fenómenos que se presentan. Me refiero
a la forma básica más sencilla del mándala, la forma circular y la división del círculo
más sencilla (concebible), el cuadrado o la cruz."
"Sabemos que lo desconocido sucede ajeno a nosotros, al igual que sabemos que
no somos nosotros los que hacemos un sueño o un accidente, sino que surge de
algún lugar a partir de sí mismo. Lo que nos sobreviene de este modo puede
definirse como efecto que procede de un mana, demonio, Dios o del inconsciente.
Las tres primeras designaciones tienen la gran ventaja que encierran y evocan la
calidad emocional de lo numinoso, mientras que la última —el inconsciente— es
banal y por ello más próxima a la realidad."
"De este modo, lo meramente «mostrado» se convierte en «actor». Todo el hombre
se encuentra afectado e interviene con toda su realidad en la lucha. Sólo de este
modo puede devenir completo y devenir «Dios nacido», es decir, penetrar en la
realidad humana y asociarse a los hombres en figura de «hombre». Mediante
este acto de encarnación, el hombre, es decir, su Yo, es sustituido internamente
por «Dios», y Dios deviene externamente hombre..."
"Si este Dios quiere devenir hombre, necesita inevitablemente una kénosis
(vaciamiento) en la que el universo es reducido a la medida infinitesimal
del hombre, e incluso entonces resulta difícil de ver
por qué el hombre no estalla por la encarnación."
"Se trata de un mito explicativo que se ha ido formando en mí a lo largo de décadas."
Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos
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