El aparato de tortura de Kafka

lunes, marzo 03, 2014




"El mal es el cielo estrellado del bien."


"Trataba de poner a actuar en la vida real a muchas personas sin que se enterasen del papel que estaban representando."

"¿Qué otro que no sea un verdugo podría albergar otros deseos respecto a su cabeza que los de acariciarla?" (Kafka)

.                                                                          ****

"Hasta ahora intervine yo, pero de aquí en adelante funciona absolutamente solo."

"El aparato debería funcionar ininterrumpidamente durante doce horas."

"Como usted ve, consta de tres partes. Con el correr del tiempo se generalizó la costumbre de designar a cada una, de estas partes mediante una especie de sobrenombre popular.

La inferior se llama la Cama,

la de arriba el Diseñador,

y esta del medio, la Rastra."

"Las agujas están colocadas en ellas como los dientes de una rastra."

"Bueno, esta es la Cama, como decíamos. Está totalmente cubierta con una capa de algodón en rama; pronto sabrá usted por qué. Sobre este algodón se coloca al condenado,

boca abajo, naturalmente desnudo;

aquí hay correas para sujetarle las manos, aquí para los pies, y aquí para el cuello. Aquí, en la cabecera de la Cama (donde el individuo, como ya le dije, es colocado primeramente boca abajo), esta pequeña mordaza de fieltro, que puede ser fácilmente regulada,

de modo que entre directamente en la boca del hombre.

Tiene la finalidad de impedir que grite o se muerda la lengua.

Naturalmente, el hombre no puede alejar la boca del fieltro, porque si no la correa del cuello le quebraría las vértebras."

"Tanto la Cama como el Diseñador tienen baterías eléctricas propias."

"La verdadera ejecución de la sentencia corresponde a la Rastra."


"–Nuestra sentencia no es aparentemente severa.

Consiste en escribir sobre el cuerpo del condenado, mediante la Rastra, la disposición que él mismo ha violado.

Por ejemplo, las palabras inscritas sobre el cuerpo de este condenado –y el oficial señaló al individuo– serán:

HONRA A TUS SUPERIORES."

"–¿Conoce él su sentencia?"

"Ya la sabrá en carne propia."

"–Pero por lo menos ¿sabe que ha sido condenado?
–Tampoco."

"Mi principio fundamental es éste: la culpa es siempre indudable."

"La Rastra parece trabajar uniformemente.

Al vibrar, rasga con la punta de las agujas la superficie del cuerpo, estremecido a su vez por la Cama.

Para permitir la observación del desarrollo de la sentencia,

la Rastra ha sido construida de vidrio. La fijación de las agujas en el vidrio originó algunas dificultades técnicas, pero después de diversos experimentos solucionamos el problema. Le diré que no hemos escatimado esfuerzos.

Y ahora cualquiera puede observar, a través del vidrio, cómo va tomando forma la inscripción sobre el cuerpo."

"Cada aguja larga va acompañada por una más corta. La larga se reduce a escribir, y la corta arroja agua, para lavar la sangre y mantener legible la inscripción."

"Naturalmente, no puede ser una inscripción simple;

su fin no es provocar directamente la muerte, sino después de un lapso de doce horas, término medio; se calcula que el momento crítico tiene lugar a la sexta hora."

"Así sigue inscribiendo, cada vez más hondo, las doce horas.

Durante las primeras seis horas, el condenado se mantiene casi tan vivo como al principio, sólo sufre dolores.

Después de dos horas, se le quita la mordaza de fieltro, porque ya no tiene fuerzas para gritar."

Pero ya la Rastra lo ha atravesado completamente y lo arroja en el hoyo, donde cae en medio de la sangre y el agua y el algodón.

"La sentencia se ha cumplido, y nosotros, yo y el soldado, lo enterramos."

"Pero en ese entonces las agujas inscriptoras vertían un líquido ácido, que hoy ya no nos permiten emplear."


¡Cómo absorbíamos todos esa expresión de transfiguración que aparecía en el rostro martirizado, cómo nos bañábamos las mejillas en el resplandor de esa justicia, por fin lograda y que tan pronto desaparecería!"

"De todos modos, la máquina todavía funciona, y se basta a sí misma. Se basta a sí misma, aunque se encuentra muy solitaria en este valle. 

Y al terminar, el cadáver cae como antaño dentro del hoyo, con un movimiento incomprensiblemente suave, aunque ya no se apiñan las muchedumbres como moscas en torno de la sepultura, como en otros tiempos."

 Kafka

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