La prosa de Kafka en Las metamorfosis de Ovidio

jueves, marzo 27, 2014



"...paso por el mercado a comprar algo para comer. Allí veo opíparos pescados expuestos, preguntó su precio y consigo que me los bajen de cien denarios a veinte. Cuando ya me iba me encuentro con Pitias, que había sido condiscípulo mío en la Atenas ática... viene afectuosamente hacia mí, me abraza y me besa amistosamente y exclama: "¡Lucio! ¡ Cuánto tiempo sin verte! Pero ¿qué haces aquí?" "Ya lo sabrás mañana -contesto-. Pero ¿qué es esto? Tengo que felicitarte, pues te veo con un alguaciles y férula, y con un ropaje de magistrado!" "Dirijo la policía del mercado... si quieres comprar algo, puedo prestarte ayuda con mucho gusto." Rehusé... Pero Pitias vio mi cestito, removió los peces a fin de verlos mejor y dijo: "¿Y cuánto has pagado por eso?" "Con fatigas... he conseguido que el vendedor me los diera en veinte denarios..." "¿A cuál de estos vendedores -preguntó- has comprado esta pacotilla?" Le señalo un viejito... y en ejercicio de sus atribuciones, comienza a reprenderlo...: "¡Ya llega a vuestro atrevimiento hasta el punto de que ni siquiera tratáis decentemente a mis amigos ni a huéspedes forasteros! ¡Vender este pescado barato a semejante precio!... ¡Pero esto no quedará impune! ¡Ahora verás cómo, bajo mi dirección, son castigados los ladrones! Acto seguido vacía el contenido del cestito y ordena a uno de sus subordinados pisotear los pescados hasta la completa trituración. Satisfecho de su rectitud, aconséjame en seguida Pitias que me vaya, diciéndome: "Querido Lucio: con esto he hecho una gran afrenta al viejo y me doy por satisfecho." Estupefacto y consternado... las enérgicas medidas de mi prudente condiscípulo me habían dejado simultáneamente sin dinero y sin cena (Mímesis, pág. 65-66.)"

  Ovidio Las metamorfosis

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