Felice Bauer, el amor según Kafka
sábado, marzo 08, 2014
"El mal es el cielo estrellado del bien."
"Trataba de poner a actuar en la vida real a muchas personas sin que se enterasen del papel que estaban representando."
"¿Qué otro que no sea un verdugo podría albergar otros deseos respecto a su cabeza que los de acariciarla?" (Kafka)
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"Quince días antes de pedirle que se casen, Kafka le escribe a Felice para indagarle sobre La condena, pero al tiempo, deja muy claro que Georg y Frieda son Kafka y Felice, en una carta de antología:
Kafka a Felice, Praga, 2 de junio de 1913
"¿Llegas a descubrir algún sentido en La condena, quiero decir algún sentido homogéneo, coherente, que el lector pueda seguir? Yo no lo encuentro, y tampoco puedo explicarlo. Sin embargo, hay en la obra muchas cosas extrañas. ¡Fíjate por ejemplo en los nombres! La obra fue escrita en un momento en el que ya te conocía y el mundo había crecido para mí gracias a tu presencia, pero en el que todavía no te había escrito. Y mira por dónde, Georg tiene tantas letras como Franz, Bendemann está formado por Bende y Mann, Bende tiene tantas letras como Kafka y también las dos vocales ocupan el mismo lugar. En cuanto a Mann [hombre], seguramente aparece por compasión, para fortalecer al pobre Bende en sus luchas. Frieda tiene tantas letras como Felice, y también la misma inicial. Por otra parte existe un parentesco entre Paz [Friede] y Felicidad [Felice]. Gracias al nombre Feld [campo], el apellido Brandenfeld entra en relación con Bauer [campesino], además de poseer la misma inicial. Y todavía hay algunas cosas más del mismo estilo. Claro que todo esto son aspectos de los que me he dado cuenta a posteriori.
Kafka falta a la verdad
cuando dice haber escrito La condena antes de iniciar la correspondencia con Felice, pues, como sabemos, primero fue la correspondencia y dos días después la obra.
Además, resulta difícil creer, por decir lo menos, que Kafka haya escrito estos nombres sin plena conciencia, que se haya dado cuenta a posteriori.
Es claro entonces que la intención de Kafka es hacerle ver a Felice que La condena era su historia y que, por lo tanto, el matrimonio entre ellos era un imposible. Pero Felice no estaba hecha para sutilezas y cuando dos semanas después, el 16 de junio, Kafka, en una carta en la cual acumula todos los obstáculos posibles contra el matrimonio, le pregunta si está dispuesta a ser su esposa, Felice, perversa o inocente, responde que sí, y Kafka tiene que emprender la retirada."
"A pesar de la indubitabilidad de la historia, un mes después, en una carta del 24 de octubre de 1912, Kafka le cuenta a Felice que “Aparecerá, publicado por Rowohlt en Leibzig, lo más tarde esta primavera, un almanaque de Poesía que edita Max. Contendrá un cuento mío La condena, con la siguiente dedicatoria: “A la señorita Felice B.” Y agrega más adelante:
“Por lo demás, y en la medida que yo pueda darme cuenta, el cuento, en su sustancia,
no tiene ninguna relación con usted,
salvo porque aparece fugazmente una muchacha llamada Frieda Brandenfeld, o sea,
tal como me di cuenta después,
que tiene en común con usted las iniciales del nombre. La única relación consiste más bien en que este pequeño relato intenta, de lejos, ser digno de usted. Y eso es también lo que pretende expresar la dedicatoria”."
"y jugando ante su padre al pretendiente formal."
"Luego, el 20 de agosto, una semana después del encuentro, escribe en el diario:
"La señorita Felice Bauer. El 13 de agosto, cuando llegué a casa de Brod, estaba sentada a la mesa con ellos y sin embargo
la tomé por una criada.
Tampoco sentí curiosidad alguna por saber quién era,
pero enseguida me sentí cómodo con ella. Rostro huesudo, vacío, que lleva su vacío al descubierto. Cuello despejado. Blusa que le caía de cualquier manera. Parecía vestida muy de estar por casa, aunque, como después se demostró, no era así. (La distancio un poco por haberme aproximado demasiado a su persona. [...] Nariz casi quebrada. Rubia, cabello algo tieso y sin encanto, barbilla robusta. Al sentarme, la miré por primera vez más detenidamente; en el momento de quedar sentado, ya tenía un juicio inquebrantable."
Kafka
"«Un juicio inquebrantable», «una convicción inamovible», etc., esta frase ha sido citada miles de veces de muchas formas, porque se ha creído ver en ellas la decisión de Kafka
de hacer de Felice su víctima.
Deleuze y Canetti, entre otros, afirman que Felice era la mujer que Kafka estaba buscando y que, al encontrarla,
sin ningún escrúpulo, la utilizó; se habla incluso de vampirismo, Kafka-Drácula, etc.,
y aunque todo esto parezca exagerado es mucho más exagerada la realidad porque
para Kafka, Felice era la víctima perfecta,
la mujer ideal para continuar los preparativos de boda que años atrás había iniciado con la aventura de Zuckmantel. Después de meditar durante cinco semanas el primer movimiento para atraparla en su juego, el 20 de septiembre, Kafka le escribe a Felice presentándose de nuevo y recordándole su promesa de viajar con él a Palestina."
"Y sin embargo, sin embargo —el único inconveniente de escribir a máquina es que pierde uno el hilo de una manera— aun cuando cupiere poner reparos, quiero decir reparos de orden práctico, en lo tocante a llevarme a lo largo de un viaje en calidad de acompañante, guía, lastre,
tirano
o lo que de mí pueda buenamente resultar, lo cierto es que contra mí como corresponsal —y de esto se trataría exclusivamente por el momento— nada decisivo podría objetarse de antemano, pudiendo muy bien, por tanto, intentarlo conmigo,
Suyo affmo. Dr. Franz Kafka
Praga. Poric 769"
"A partir de esa noche, Kafka ya no será el mismo de antes y es por eso que se dice que aquella noche fue la noche de Kafka, la noche que nació el Kafka que todos reconocen, la noche en la que se inicia uno de los períodos más fecundos de este escritor –el período Felice-, del que proceden La condena, El desaparecido, La metamorfosis y El proceso, cuatro obras maestras que «cambiaron notablemente el rostro de la Literatura en lengua alemana, quizá el de la Literatura universal»"
"Nos podemos preguntar a estas alturas de la historia ¿qué encontró o vio Kafka en Felice esa noche en casa de Brod?, ¿por qué Kafka, no más verla, mientras se sentaba a la mesa, llegó a una convicción inamovible?
Estas preguntas, que muchos han tratado de responder dada la importancia de este encuentro, considerado uno de los momentos estelares de la literatura, no han tenido hasta ahora una explicación satisfactoria y, para su propio consuelo, algunos biógrafos decidieron que las respuestas son imposibles de encontrar, al no existir una razón para la elección de ese oscuro objeto del deseo, sólo que,
en este caso, la elección no fue fruto del amor o del deseo,
sino del cálculo, y tiene por lo tanto explicación lógica."
"El enigma resulta aún más atractivo si se tiene en cuenta que, Felice y Kafka, eran personas muy distintas, casi opuestas. Felice era práctica, enérgica, una mujer de negocios, cualidades que hubiera querido Herman Kafka en su hijo Franz, pero de las que éste carecía por completo. Felice no era tampoco una mujer atractiva, al contrario, tenía unos dientes irregulares, «todos empastados», llenos de oro y de «porcelana de un gris amarillento»,
unos dientes ante los que Kafka, «espantado», se veía «obligado a bajar la mirada», e incluso llegará a preguntarle a Felice si no se avergüenza de su boca, «del brillo infernal de sus dientes de oro».
¿Qué fue lo que vio, pues, Kafka en ella?, ¿por qué enamoró a Felice si le parecía tan fea muchacha?"
"Además, su «adorada mujer de negocios» no estaba intelectualmente a su altura, ni siquiera consideraba a Kafka un escritor, y cuando éste le pedía una opinión sobre sus libros, ella callaba o hacía comentarios sobre otros autores,
lo que enfurecía a Kafka como nada ni nadie lo hacía enfurecer.
En una de sus cartas, Felice habla de la «inclinación» de Franz por la literatura, a lo que Kafka le contesta irritado de inmediato:
«Nada de una inclinación por la literatura, queridísima Felice, nada de inclinación, sino absolutamente yo mismo».
Felice, pues, no llegó a sospechar la dimensión de la literatura que ella misma alimentaba, ni a saber siquiera hasta qué punto estaba íntimamente ligada a esa literatura, lo que hace más difícil de entender a los biógrafos las razones de Kafka para escoger a Felice de manera tan súbita, rotunda y decidida, y mantenerse firme en su elección de aquella noche, sin vacilar ni un instante."
"Cuando escucha su nombre, no lo puede creer, lo repite mentalmente: “Felice Bauer”. Imposible para Kafka no pensar en la protagonista de uno de los cuentos más hermosos y famosos de Flaubert, la criada Félicité, un nombre que hacía a Felice una mujer muy, pero muy interesante, a los ojos de Kafka."
"Kafka dice que al ver a Felice la confundió con una criada, pero no fue antes, sino después de escuchar su nombre, nombre que evoca el de la criada de Flaubert. ¿Dejaría pasar la oportunidad de tener esta ‘criada’ a su servicio? Si lo hiciera, no sería Franz Kafka, nuestro Franz Kafka. Pero había más: Felice lucía una blusa blanca como Auguste en Stapelburg, detalle que mantendrá presente Kafka hasta el punto de hacer de esa blusa blanca un fetiche; además, el apellido de Felice, «Bauer» —campesino—, la acercaba aún más a Auguste, su «novia» campesina, y así la relación Felice-Flaubert se reforzaba y entraba en contacto con el Dr. Schiller."
"Y no era para menos: Felice era una pieza única, de colección, que conjugaba a Dostoievski, Goethe, Schiller y Flaubert. Las posibilidades de que volviera a encontrar a otra como ella eran mínimas. Felice era un signo del destino, y la recibe como una evidencia. Y, claro, no la dejó escapar."
"Deleuze tiene una fina interpretación de lo que pasó esa noche en casa de Brod porque él dice, que
al mostrarle Kafka a Felice las fotos de Weimar le estaba tendiendo una trampa,
para «iniciar un nuevo recorrido donde las cosas van a volverse más serias». Eso fue lo que pasó, pero no más serias que en Weimar, sino más serias que
en Zuckmantel, donde hubo preparativos de boda de mentiras en el campo;
ahora era de verdad, esa mujer que estaba ahí, delante de él, iba a ser su prometida.
Esa fue su decisión esa noche.
De ahí nace La condena, en la que el matrimonio se muestra como una traición a la literatura
pues, así como las virtudes no se resisten entre ellas, ésta es celosa y no admite rivales. Sí, esa noche las cosas se pusieron más serias, sobre todo para Felice quien creyó que todo era verdad, que había conseguido marido, sin sospechar que todo era un juego, que el matrimonio con él era imposible, algo muy claro para Kafka, como muestra La condena, prueba y justificación a la vez de su engaño."
GUILLERMO SÁNCHEZ TRUJILLO
EL ENIGMA DE LOS MANUSCRITOS
DESCIFRAMIENTO DE EL PROCESO DE FRANZ KAFKA
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