Es el caso de Kafka no.
martes, marzo 18, 2014"Kafka fue una usina de paradojas; aun antes de morir reclamó de su médico y amigo, el doctor Robert Klopstock,
que lo matara “para no ser un asesino”."
"-Yo no soy culpable. ¿Cómo puede ser culpable el hombre?"
"Los sentimientos humanos son en Kafka devaluados y marginalizados"
"...y las noches no podrán ser lo suficientemente largas para un quehacer, por lo demás,
voluptuoso al máximo."
"Cuando amenazaban ese sistema, eran socavados y destruidos."
"“Y ahora sabes que hay otras cosas en el mundo, porque
hasta ahora sólo supiste las que se referían a ti."
"Georg recuerda que “En otra época, había decidido firmemente observar todo con detenimiento,
para que nada pudiera atacarlo indirectamente,
ya fuera desde atrás, o desde arriba”."
"“Tú quisieras cubrirme,
lo sé, mi pequeño vástago,
pero todavía no estoy cubierto.
Y aunque sean mis últimas fuerzas, para ti son suficientes, demasiadas casi”."
"Georg ha lanzado un contraataque, que en los dos casos
aspira sutilmente a la destrucción del adversario-cuestionador."
“No sirve de nada” crearse una realidad ficticia
“si no me dices además toda la verdad."
"Empecemos por el estilo polivalente, que
crea una doble perspectiva del narrador.
En Kafka
hay un narrador objetivo y hay una conciencia del protagonista,
y los dos se presentan tan sutilmente entretejidos,
que el lector por momentos se desconcierta porque ignora cuál es su fuente de información."
"Valga recordar que el término zudecken en alemán significa tanto
“cubrir con una manta” como
“someter"."
"Por ello el airado padre de Georg impide que su hijo lo cubra; se empeña en no ser anulado."
Además Georg Bendemann es el único de sus personajes con el que
Kafka se identifica explícitamente,
y revela en su diario que aun
los nombres de la pareja del cuento son criptogramas
del suyo y del de Felice. Kafka denomina al cuento
“la representación de mi onírica vida interior”."
"En Amerika, la figura paternal del tío Jacob impone al protagonista Karl Rossmann
sumisión total, ..."
"En La metamorfosis puede entreverse
una mirada perversa o acaso masoquista..."
"El siglo XX entero, confundido, leía Kafka."
"Necesitamos libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos; libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas,
lejos de toda presencia humana, ..."
"Ese impulso intransigente lo llevaba a escribir constantemente
acerca de él mismo,
y no es censurable el egocentrismo que surge especialmente de sus diarios; es casi inevitable en alguien que
no escribía para los demás,
sino para otorgar algún sentido a su vida, ..."
"Kafka describe la sociedad
con macabra ironía,
lo que puede hacer suponer que lo impele una demoledora crítica social. Pero no lo es: su narrativa parece resignarse a la inmodificable realidad. Ni siquiera queda claro que Kafka nos hable del fin de la individualidad, ahogada en una progresiva burocratización, ya que
no se perciben en él atisbos de rebeldía."
"La literatura de Kafka, lejos de ser terapéutica como quisieron algunos, muchas veces resultó en una adicción que consumió su energía."
"En rigor, de casi todos los cuentos de Kafka podría decirse lo mismo. Carecen de desarrollo y de final y, más que eventos, proponen
un problema o un pensamiento."
"...lo social nunca es en Kafka una fuente de inspiración, sino una intrusión que perturba su dedicación a las letras."
"Así, en su ensayo Contra la interpretación (1966), Susan Sontag rechaza la hermenéutica porque supuestamente ahoga las obras artísticas como fuente de energía. Al apreciar el arte, casi habría que desechar la explicación intelectual. Y la autora lo ejemplifica con Franz Kafka,
clasificando a sus intérpretes en tres grupos:
los que se basaron en la alegoría social de la insana burocracia;
los que resaltaron la veta psicoanalítica que revela su miedo al padre y su complejo de castración;
y los que lo vieron como un exponente religioso-filosófico sobre la teodicea."
"Esa inversión de causa y efecto otorga a su narrativa el toque pesadillesco que la distingue. Sobre todo porque
la peor fantasmagoría es narrada con una notación naturalista del detalle,
lo que genera para el lector la credibilidad de algo inverosímil.
Aunque trate de situaciones absurdas, les otorga un método siempre minucioso e internamente coherente cuando vincula a los personajes y a los objetos.
Así, una suposición absurda se convierte en una circunstancia verdadera, y por eso asusta.
Kafka concilió magistralmente dos ideas que parecían hasta entonces excluyentes: el género del absurdo y el tratamiento realista.
Debido a dicha singularidad, la narrativa de Kafka no se desvía hacia un sentido externo al de lo narrado. Kafka está anclado en su relato. La aparente alegoría se resiste, y cuando echamos mano de ella pareceríamos eludir la narración. Superada la noción de la alegoría, podemos atender los pormenores en los que van desdoblándose sus enredos. La zozobra que siente el lector no deriva de los eventos ni de los personajes, sino del hecho de que
las criaturas reaccionan distraídamente ante sucesos monstruosos,
como si se tratara de acontecimientos normales.
Como concluye Rodolfo Modern “ese realismo implacable otorga a las narraciones de Kafka su irrealidad trascendental”.
Lo emocionalmente devastador es fríamente comentado por una voz inexpresiva que parece inconsciente del horror.
“Es un aparato singular —dijo el oficial al explorador, y contempló con cierta admiración el aparato, que le era tan conocido”. Así comienza En la colonia penitenciaria, al describir la máquina torturadora. En esa máquina ha finalmente desembocado el aparato burocrático weberiano, y el oficial la describe ante la indiferencia del explorador del mismo modo en que Weber describió la sociedad oficinesca. Había sido diseñada así por el antiguo comandante de la colonia penitenciaria, con el objeto de escribir sobre el cuerpo del condenado, con sangre y
hasta la muerte, su trasgresión.
Sobre la piel de este condenado específico se grabará la máxima “Honra a tus superiores”. Ante las preguntas del explorador, el oficial (a la vez juez y ejecutante de la sentencia) desgrana el kafkiano proceso..."
"En uno de los ejemplos del absurdo que acecha, el abogado mantiene a uno de sus clientes
encerrado en una despensa de su cocina, hambreado
y memorizando miles de páginas de documentos legales. Cuando el cliente pregunta cómo va su juicio,
es castigado
tan severamente que llora, y luego se le permite arrepentirse
arrodillándose y besando la mano del abogado."
"Típicamente, las respuestas de los personajes kafkianos no satisfacen la pregunta.
Siempre se deslizan hacia otro tema.
Pero el deslizamiento es tenue, y por ello la coherencia lingüística queda a salvaguarda."
Gustavo Daniel Perednik
KAFKANIA
Un recorrido por el mundo de Kafka
El ícono, el genio, el judío, el filósofo
0 comments