Gregor Sacher-Masoch Gregor Samsa señor (K)afka
jueves, marzo 06, 2014
"El mal es el cielo estrellado del bien."
"Trataba de poner a actuar en la vida real a muchas personas sin que se enterasen del papel que estaban representando."
"¿Qué otro que no sea un verdugo podría albergar otros deseos respecto a su cabeza que los de acariciarla?" (Kafka)
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"K excitado, como si le causaran un daño enorme."
"al adoptar la perspectiva de los vigilantes"
"había decidido no renunciar a la más pequeña ventaja que pudiera poseer contra esa gente."
"Alguien tenía que haber calumniado a Josef K"
Estos pensamientos le produjeron un estremecimiento."
"no sabía a ciencia cierta qué era lo que debía salvar primero, cuando vio en la pared ya vacía, llamándole la atención, el cuadro de la mujer envuelta en pieles. Se arrastró apresuradamente hacia arriba y se apretó contra el cuadro, cuyo cristal lo sujetaba y
le aliviaba el ardor de su vientre."
"todos aprovechaban su poder y escarnecían al humilde."
"comprendió que sólo se podía influir en los amos"
"agitaba Brunelda su lengua roja, gruesa, entre los labios, meneándola de un lado para otro"
"ni siquiera es posible transportar a Brunelda."
"¡Meteos en algún rincón y esperad hasta que se os necesite!"
–Indudablemente"
"será derrotado en la forma más espléndida que pueda darse"
"Por orden de los caudillos"
"unos veinte se mantenían asidos al portador, empleando toda su fuerza."
"Pero ni aun ese hombre fuerte podía dar un solo paso que dependiese de su propia voluntad"
"pero ahora se dejaba arrastrar por la corriente, al parecer sin ofrecer resistencia"
"–Cómo se excita el chico con esto –dijo Brunelda a Delamarche, y tomó a Karl de la barbilla para atraer hacia sí su cabeza.
Pero Karl no lo toleró y se sacudió
(perdiendo realmente debido a los sucesos de la calle toda consideración)
tan fuertemente que Brunelda no sólo lo soltó,
sino que retrocedió de pronto dejándolo del todo libre."
"–Ya has visto bastante –dijo, evidentemente enojada por la conducta de Karl–;
vete al cuarto y prepara las camas y todo para la noche."
"no replicó, pues, ni una sola palabra."
"habían sido destrozados todos simultáneamente."
"se fue con ella arrastrándola a uno de los rincones del balcón."
"Y, ciegamente, cogió Karl dos cuchillos y los introdujo con fuerza entre las hojas de la puerta"
"Él no había querido otra cosa
ahora podía hacer penetrar mucho más firmemente,
resistirían mucho mejor. Se puso entonces a forcejear
empeñando todo su vigor, los brazos muy abiertos,
apoyándose sobre las piernas muy separadas, gimiendo,
y prestando con todo muchísima atención a la puerta. Sin duda no podría resistir:
lo reconocía gozoso en el aflojamiento de los pasadores que claramente se percibía,
pero cuanto más despacio sucediera esto tanto mejor sería."
"pues en un ataque de furia que excedía en mucho el motivo que lo originaba,
se arrojó Delamarche de un salto –el cordón suelto de su bata iba trazando una gran figura por los aires– sobre Karl.
Solamente en el último instante, a decir verdad, logró Karl eludir el ataque;
habría podido extraer los cuchillos de la puerta y utilizarlos en su defensa, pero no lo hizo.
En cambio se agachó y levantándose de un salto agarró el ancho cuello de la bata de Delamarche,
lo dobló hacia arriba y lo subió luego más todavía
–esa bata ya le quedaba excesivamente grande a Delamarche–, y al fin, felizmente,
logró sujetar a Delamarche por la cabeza.
Éste, demasiado sorprendido,
agitó primero las manos a ciegas."
"aunque se retorciera de dolor y aunque los golpes se tornaran cada vez más fuertes, soportó los puñetazos."
"los pulgares sin duda puestos exactamente sobre los ojos"
"sentía crecer su resistencia cada vez más, y porque aquel cuerpo se le oponía con una tensión cada vez mayor de los tendones"
"repentinamente dejaron de obedecerle los pies"
"con las piernas ampliamente separadas y las rodillas dobladas"
"ya no habría lucha, sino meramente un castigo.
Tomó a Karl de la camisa, por delante;
casi lo levantó del suelo y sin mirarlo, tanto era su desprecio, lo arrojó con la mayor violencia contra un armario
que se hallaba a varios pasos de allí. En el primer momento creyó Karl que
aquellos dolores punzantes que sentía en la espalda y en la cabeza"
"–¡Canalla! –oyó todavía exclamar a Delamarche en voz alta"
"Y al caer en el agotamiento"
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