Dostoievski «necesitaba en todo momento un amigo de verdad»
domingo, marzo 22, 2015
«Hay que ser justo con Stepan: supo ganarse la adhesión de su discípulo. Y el secreto estaba en que él era también un niño. Hasta el momento yo no había hecho mi entrada en escena y
él necesitaba en todo momento un amigo de verdad.
No dudó entonces en convertirse en amigo en cuanto la criatura hubo crecido un poco. No había diferencia entre ellos. Más de una vez durante la noche despertaba a su amiguito de diez u once años con el solo objeto de desahogar con él sus sentimientos lastimados o revelarle algún secreto doméstico, sin parar mientes en que no debía ser tal cosa. Se abrazaban y lloraban. El muchacho sabía que su madre lo quería mucho, pero él no la quería tanto a ella.
Ella hablaba poco con él y raras veces lo estorbaba en lo que hacía,
pero lo seguía fijamente con la mirada, lo que producía en el chico una sensación de malestar. Ahora bien, en todo lo concerniente a la educación de éste y a su desarrollo moral la madre lo confiaba plenamente en Stepan, en quien aún creía a pies juntillas. Es inevitable pensar que el pedagogo afectó en alguna medida el sistema nervioso de su discípulo. Cuando al cumplir los dieciséis años lo llevaron al liceo era un chico pálido y endeble, excesivamente callado y abstraído (más adelante se destacó por su extraordinaria fuerza física). Cabe suponer, asimismo, que los amigos lloraban en la noche, abrazados, y no sólo por causa de alguna desavenencia doméstica.
Stepan supo pulsar las más recónditas fibras del corazón de su amigo y despertar en él un temprano, y aun indefinido, sentimiento de ese eterno y sagrado anhelo que, una vez gustado y conocido, los espíritus selectos jamás cambiarán por una satisfacción vulgar.
(Hay también los que dan a ese anhelo un valor superior al de una satisfacción completa, suponiendo que ésta fuera posible). Pero, en todo caso, fue conveniente que maestro y discípulo acabaran por separarse aunque no lo bastante pronto.»
Dostoievski, Los Demonios.
0 comments