Yo, Dostoievski, por mí mismo.

martes, marzo 31, 2015




«Pero yo era ya un déspota,

pretendí dominar eternamente su espíritu,

imbuirle el desprecio hacia quienes lo rodeaban;

exigí de él que rompiese de modo definitivo, arrogante, con su medio ambiente.

Mi amistad apasionada lo asustó.

Lo trastorné hasta las lágrimas, hasta las convulsiones.

Era un alma cándida y generosa.

Y cuando se hubo entregado a mí por entero, lo detesté y lo rechacé.

Fue como si sólo lo hubiese necesitado para apuntarme una victoria y adueñarme de su voluntad.»

Fiodor Dostoievski, Memorias del subsuelo.

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