Charlotte Brontë VILLETTE "Pero tenía ojos, y éstos me contemplaban"
lunes, febrero 17, 2014
"Pero ¿qué camino se abría ante mí?
¿Qué plan tenía a mi alcance?
Estaba dando vueltas a esas preguntas cuando la luna, tan mortecina hasta
entonces, pareció brillar con más intensidad: un destello blanco resplandeció
junto a mí, y pude ver con claridad una sombra. Agucé la vista para descubrir
la causa de aquel contraste tan acentuado que aparecía de pronto en el oscuro
sendero; el blanco y el negro, cada vez más intensos,
se transformaron súbitamente en una figura.
Me encontraba a tres yardas de una mujer alta, vestida de negro y con un velo
blanco. Pasaron cinco minutos. No salí corriendo ni grité. Ella seguía allí.
—¿Quién es usted? ¿Por qué viene a mí? —exclamé. Ella guardó silencio.
No tenía rostro... ni facciones: un velo blanco ocultaba su rostro; pero tenía ojos,
y éstos me contemplaban.
Me faltaba valor, pero estaba desesperada; y a menudo la desesperación
basta para suplir al coraje. Di un paso hacía delante. Extendí la mano para
tocarla. Ella pareció retroceder. Me acerqué más: su retroceso, todavía
silencioso, se hizo más rápido.
Una masa de frondosos arbustos, entre los que había laureles y tejos,
se interpuso entre mí y el objeto de mi persecución.
Habiendo salvado ese obstáculo, miré y no vi nada. Esperé un poco,
y luego dije: —Si tiene algún recado para mí, regrese. Nada contestó ni
volvió a aparecer. Aquella vez no podía recurrir al doctor John; no había
nadie a quien yo me atreviera a susurrar las palabras:
«He visto de nuevo a la monja».
Charlotte Brontë VILLETTE
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