Deleuze "El Acontecimiento es un Entretiempo"

sábado, febrero 15, 2014



"Pero cuando ascendemos hacia lo virtual, cuando nos volvemos hacia la virtualidad que se actualiza en el estado de cosas, descubrimos una realidad completamente distinta en la que ya no tenemos que buscar lo que sucede de un punto a otro, de un instante a otro, porque desborda cualquier función posible.

Dicho en lenguaje corriente, que cabe poner en boca de un científico, el acontecimiento «no se preocupa del sitio en el que está, y le importa un comino saber cuánto tiempo hace que lleva existiendo», de tal modo que el arte e incluso la filosofía pueden aprehenderlo mejor que la ciencia.

Ya no resulta que el tiempo está entre dos instantes, sino que el acontecimiento es un entretiempo:

el entre-tiempo no es lo eterno, pero tampoco es tiempo, es devenir.

El entre-tiempo, el acontecimiento siempre es un tiempo muerto,

en el que nada sucede,

una espera infinita que ya ha pasado infinitamente, espera y reserva.

Este tiempo muerto no viene después de lo que sucede,

coexiste con el instante o el tiempo del accidente,

pero como la inmensidad del tiempo vacío

en el que todavía se lo percibe como venidero y ya pasado,

en la extraña indiferencia de una intuición intelectual.

Todos los entre-tiempos se superponen, mientras que los tiempos se suceden.

En cada acontecimiento hay muchos componentes heterogéneos,

siempre simultáneos,

puesto que cada uno es un entre-tiempo, todos en el entre-tiempo que los hace comunicar por zonas de indiscernibilidad, de indecidibilidad: son variaciones, modulaciones, intermezzi,  singularidades de un orden nuevo infinito.

Cada componente de acontecimiento se actualiza o se efectúa en un instante,

y el acontecimiento en el tiempo que transcurre entre estos instantes;

pero nada ocurre en la virtualidad que sólo tiene entre-tiempos como componentes y un acontecimiento como devenir compuesto.

Nada sucede allí, pero todo deviene,

de tal modo que el acontecimiento tiene el privilegio de volver a empezar cuando el tiempo ha transcurrido.

Nada sucede, y no obstante todo cambia, porque el devenir no cesa de pasar una y otra vez por sus componentes y de volver a traer el acontecimiento que se actualiza en otro lugar, en otro momento.

Cuando el tiempo pasa y se lleva el instante, siempre hay un entre-tiempo para volver a traer el acontecimiento.

Es un concepto que aprehende el acontecimiento, su devenir, sus variaciones inseparables, mientras que una función capta un estado de cosas, un tiempo y unas variables, con sus relaciones según el tiempo.

El concepto posee una potencia de repetición, que se distingue de la potencia discursiva de la función. En su producción y su reproducción, el concepto posee la realidad de un virtual, de un incorpóreo, de un impasible, a la inversa de las funciones de estado actual, de las funciones de cuerpo y vivencia. Establecer un concepto no es lo mismo que trazar una función, a pesar de que haya movimiento en ambos lados, a pesar de que haya transformaciones y creaciones tanto en un caso como en el otro.

Los dos tipos de multiplicidades se entrecruzan.

El acontecimiento sin duda no se compone sólo de variaciones inseparables,

él mismo es inseparable del estado de cosas, de los cuerpos y de la vivencia en los que se actualiza o se efectúa.

Pero también se dirá lo contrario: tampoco el estado de cosas es separable del acontecimiento que desborda no obstante su actualización por todas partes.

Tanto hay que retroceder hasta el acontecimiento que da su consistencia virtual al concepto como hay que descender hasta el estado de cosas actual que da sus referencias a la función.

De todo lo que un sujeto puede vivir, del cuerpo que le pertenece, de los cuerpos y objetos que se distinguen del su yo, y del estado de cosas o del campo fisicomatemático que los determinan, se desprende un vaho que no se les parece, y que toma el campo de batalla, la batalla y la herida como los componentes o variaciones de un acontecimiento puro, en el que únicamente subsiste una alusión a lo que concierne a nuestros estados.

La filosofía como gigantesca alusión.

Se actualiza o se efectúa el acontecimiento cada vez que se lo introduce, deliberadamente o no, en un estado de cosas, pero se lo contra-efectúa cada vez que se lo abstrae de los estados de cosas para extraer de él un concepto."

You Might Also Like

0 comments

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images