El extraño paseo de una espalda torcida
sábado, mayo 17, 2014Bajé del autobús aquella tarde como una tarde cualquiera. Crucé la calle y cuando iba por el principio del parque me adelantó un joven con una extraña espalda detrás de su cuerpo. Al principio pensé que pretendía torcer a la derecha rodeando el parque infantil de madera de colores. Pero una vez que lo hizo observé que su cuerpo seguía torcido hacia la derecha. Eso me permitió observar el perfil de su cara acompañada por unas fuertes gafas. Pero de ella no retuve nada porque la original posición de su cuerpo no me permitía pensar nada. Parecía como si a cada paso su cuerpo girase a la derecha sobre su columna. Su brazo izquierdo se balanceaba con esa misma inercia hasta que la mano llegaba por delante de la cadera. Pensé: "¿Columna desviada? No, porque su cuerpo haría un balanceo hacia un lado. ¿Pierna corta? Misma consecuencia. ¿Deficiencia? Tal vez; pero leve." Seguí observando aquel rotatorio cuerpo mientras él cruzaba la calle hacia la otra acera. Su figura desaparecía cada vez que él pasaba detrás de los jóvenes troncos de los árboles. Fue bien curioso observar lo que hizo cuando llegó a la primera esquina. Cruzó el paso de cebra y volvió con el mismo ágil paso por la acera por la cual yo avanzaba. Fingí no darme cuenta. Y cuando ya lo había perdido de vista frontalmente, me volví para ver como se alejaba por la misma calle por donde habíamos venido.
Carlos del Puente
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