Era un cuerpo delgado y estrecho con una barriguita bien redonda y chiquitita, como todo en él. Tengo un vecino que conozco bien aunque él no lo crea porque cree él que se esconde bien detrás de sus palabras entrecortadas. No es levemente tartamudo, aunque, algunas veces, bien lo parece. Cae solo en este error oratorio cuando retiene con fuerza consciente alguna mala palabra que piensa y siente pero más mal que bien oculta. Decía yo que tiene una pequeña y redonda barriguita que el pretendido señor oculta con muy elegante ropa, aunque no come, supongo que para lucir su figurita y buen talle. Lo digo y sé porque vuelve siempre del super con menos bolsas que manos y menos esfuerzo que satisfacción por haber ahorrado tanto en esa comida que le gusta menos que la bebida.