Kafka El Mal El Bien y el Engaño

viernes, mayo 23, 2014


"55. Todo es falso:
poseer el mínimo de ilusiones,

 quedarse en el término medio, procurar el máximo.

En el primer caso se engaña al bien

pretendiendo hacer la conquista en forma demasiado fácil,

y al mal, al que se le propone condiciones de lucha demasiado desfavorables.

En el segundo caso se engaña al bien
porque se demuestra no aspirar a él

aunque fuera en este mundo.

En el tercer caso se engaña al bien

distanciándose lo más posible,

y al mal la esperanza de tornarlo inocuo al exaltarlo demasiado.

 De manera que habría que preferir el segundo caso,

porque al bien se lo engaña siempre,

 y al mal, en este caso, no, por lo menos aparentemente.


58. Mentimos lo menos que podemos solamente cuando mentimos lo menos que podemos, no cuando tenemos poquísimas oportunidades.


61. El que en el mundo ama a su semejante,
comete la misma injusticia del que en el mundo se ama a sí mismo.

 Sólo queda por preguntarse si la primera cosa es factible.


76. Este sentimiento: "Aquí no echaré el ancla" ¡Es hallarte de pronto en medio de la corriente que, fluctuante, te arrastra!

Un desorden. Cómo en acecho, tímida, esperanzada,

la respuesta explora la pregunta,

busca desesperada en su rostro inaccesible,

la sigue por los senderos más absurdos,

es decir más alejados de la respuesta misma.


80. Indivisible es la verdad. Por lo que no puede reconocerse por sí misma;

para reconocerla hay que ser mentira.


85. En determinados puntos de transición

el mal es una irradiación de la conciencia humana.

Las apariencias no son exactamente el mundo sensible,

sino el mal en él comprendido

que, no obstante, a nuestros ojos, lo constituye por entero.


86. (...)

 cada uno debe destruirse a sí mismo,

(...)

una tentativa de falsear la realidad del conocimiento adquirido,


87. Una leve y pesada como cuchilla de guillotina.

89. (...) tiene el deseo de andar por la vida bajo cualquier condición y de esta manera ser él, si bien por un camino elegible, pero en todo caso

tan laberíntico que no deja sin torcer ni el más mínimo aspecto de esta vida.


94. Dos afanes para quien comienza la vida:

restringe cada vez más tu ámbito

 y controla incesantemente que no te ocultes,

 por casualidad, en algún lugar más allá de tus límites.


95. El mal está a veces en tu mano como un instrumento;

 lo hayas reconocido o no, si quieres puedes dejarlo a un lado sin que se oponga.


99. (...) Muchos suponen que junto al gran tema general,

hay en cada caso, creado especialmente para ellos,

un pequeño tema particular, (...)


100. De diabólico no hay más qué lo que aparece de vez en cuando.

106. (...) nuestros contactos con nosotros mismos son los de la acción;

(...)

¿Hay algo que puedas conocer que no sea ilusión?


107. (...)

y después cuando se pone a jugar acomete sin ningún miramiento.


108. (...)

"Después de lo cual volvió a sus ocupaciones como si no hubiera pasado nada."


4. Muchos espectros de cadáveres no hacen más que lamer las ondas del río de los muertos,

porque llega de nuestro mundo y retiene el gusto salobre de nuestros mares.

Entonces, el río, detenido por el asco,

 se pone a correr hacia atrás

y empuja a los muertos de vuelta a la vida.

Más ellos están felices, entonan himnos de gratitud y acarician las aguas perturbadas.

9. A. es harto presumido: se considera muy aventajado en el bien,
porque,

siendo evidentemente un sujeto seductor,

se siente expuesto a tentaciones cada vez más numerosas,

 nacidas de orígenes hasta ahora desconocidos para él.

10. Pero la interpretación correcta es esta:

se ha aposentado en él un demonio grande,

 y una infinidad de demonios pequeños son siervos de ese grande.




11/12. Diferencia de las opiniones que se pueden tener (por ejemplo) sobre una manzana.

La del niño pequeño, que debe extender el cuello para apenas verla sobre la mesa,

y la del dueño de casa, que coge la manzana y la ofrece libremente a los comensales.



13. El deseo de la muerte

es uno de los primeros indicios que empezamos a discernir.

(...)

que tendremos todavía que aprender a odiar.


19. No consentir que el mal te haga pretender que puedes guardar secretos ante él.

20. Los leopardos irrumpen en el templo

y beben hasta la última gota de los cálices del sacrificio;

esto acontece repetidamente;

22. El deber escolar eres tú. No se ve un alumno por ninguna parte.



27. Realizar los preceptos negativos
 es aun una carga que se nos ha impuesto;

28. Una vez escogido el mal, éste no pretende más que creamos en él.


29. Las intenciones con las que en ti adoptas el mal, no son tuyas sino del mal.

 El animal arranca el látigo de manos del amo y se castiga a sí mismo para convertirse en amo de sí mismo


 y no comprende que no es más que una ilusión producida por un nuevo nudo de la correa del látigo del amo.


30. Desalentador es el bien, considerado de alguna forma.


42. Reclinar sobre el pecho la cabeza repleta de odio y repugnancia.


43. Los perros de presa juegan en el patio,
pero es seguro que la caza no se les escapará,
por más veloz que huya por el bosque.


47. Se les ofreció escoger entre ser reyes

o mensajeros de los reyes. Como verdaderos niños,


 todos eligieron ser mensajeros,
los que van al galope por el mundo,

y como no hay rey alguno,

se pregonan unos a otros sus mensajes, que ya carecen de sentido.



55. (...)

En el segundo caso se engaña al bien
porque se demuestra no aspirar a él

aunque fuera en este mundo.

En el tercer caso se engaña al bien

distanciándose lo más posible,



61. El que en el mundo ama a su semejante,
comete la misma injusticia del que en el mundo se ama a sí mismo.

 Sólo queda por preguntarse si la primera cosa es factible.





Kafka


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