Un señor que se disolvía en su asiento dejaba su excelente butaca ocupada entre obra de teatro y obra de teatro.
martes, mayo 27, 2014
Un señor que se disolvía en su asiento dejaba su excelente butaca ocupada entre obra de teatro y obra de teatro. Así se ahorraba el tiempo de ir y venir y el tiempo de trabajo. No se conoce con mucha seguridad la causa del fenómeno. Así que mantengámonos en los diluyentes hechos. Muy cierto es, según confirman los espectadores, que el cuerpo del señor empieza en todas las obras a diluirse en cualquier acto. Ante tan magnífico fenómeno de la Naturaleza se ha constituido un comité de grandes expertos en la materia. Se han propuesto descubrir la relación entre las actos de las obras bajo el efecto de los cuales se ha disuelto el cuerpo. Esperamos con viva impaciencia los resultados de dichas científicas investigaciones. En el periódico local anuncian, ante las insistentes preguntas de los periodistas internacionales que siguen el proceso, que una vez descubiertas las relaciones de causa y efecto emprenderán un profundo y prolongado estudio sobre las cualidades específicas de ese cuerpo que explicarían con certeza la capacidad orgánica de disolución temporal y su posterior y perfecta recomposición sin sufrir daño ni transformación alguno, ni física ni mentalmente.
Carlos del Puente
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