Derrida La diferencia Diferir y demorar
lunes, diciembre 16, 2013
"3. Diferir y demorar
Tratemos de precisar más que sea eso de la diferencia desde el análisis que
Derrida hace de modo semántico del término, pero no olvidemos que diferencia
no es ni palabra ni concepto ni metáfora ni significante ni significado ni noesis
ni noema ni ente ni lo presente ni ser, etc. ¿Qué es? Lo que mienta es un “juego”
doble y dinámico que da y envía en cuanto tiempo (demora) y en cuanto espacio
(difiere) sentidos en un “aquí y en un ahora” muy singular.
Veamos el primer sentido de diferencia:
“Sabido es que el verbo ‘diferir’ (verbo latino differre) tiene dos sentidos que parecen muy
distintos... En este sentido el differre latino no es la traducción simple del diapherein griego
y ello no dejará de tener consecuencias para nosotros, que vinculamos esta charla a una
lengua particular y una lengua que pasa por ser menos filosófica, menos originariamente
filosófica que la otra. Pues la distribución del sentido en griego no comporta uno de los dos
motivos del differre latino a saber, la acción de dejar para más tarde, de tomar en cuenta, de
tomar en cuenta el tiempo y las fuerzas en una operación que implica un cálculo
económico, un rodeo, una demora, un retraso, una reserva, una representación, conceptos
todos que yo resumiría aquí en una palabra de la que nunca me he servido, pero que se
podría inscribir en esta cadena: la temporización.
Diferir en este sentido es temporizar, es
recurrir, consciente o insconcientemente a la mediación temporal y temporizadora de un
rodeo que suspende el cumplimiento o la satisfacción del ‘deseo’ o de la ‘voluntad’,
efectuándolo también en un modo que anula o templa el efecto. Y veremos… que esta
temporización es también temporización y espaciamiento, hacerse tiempo del espacio, y
hacerse espacio del tiempo, ‘constitución originaria’ del tiempo en el lenguaje que aquí se
critica y se desplaza”.
Luego en este primer sentido de diferencia tenemos que es radicalmente tiempo (Zeit).
Pero en un segundo sentido tenemos que:
“El otro sentido de diferir es el más conocido y el más identificable: no ser idéntico, ser
otro, discernible, etc. Tratándose de diferen(te)/(cia)s, palabra que se puede escribir como
se quiera, con una t o una d final, ya sea cuestión de alteridad de desemejanza o de alteridad
de alergia y de polémica, es preciso que entre los elementos otros se produzca, activamente,
22 DERRIDA, J.; “La Différance”, en Márgenes de la filosofía; ed. cit.; p. 43."
"En este segundo sentido tenemos que diferencia es “espacio” (Raum), lugar (Ort) que es un
nombre final y esencial para “ser” (Seyn) en Heidegger (Ortschaft des Seins). Es lo que él
llamaría Zeit-Spiel-Raum, el “espacio-juego-tiempo” en el que el tiempo mismo: “en la
totalidad de su despliegue, no se mueve, permanece inmóvil y en paz”, y eso mienta la
diferencia. Luego, nos encontramos que. en su esencia, diferencia mienta “Tiempo y Ser”
(Zeit und Sein), el lugar de su tensión. Hemos vuelto al comienzo de nuestra meditación.
Derrida pretende repensar lo mismo que Heidegger, pero de modo “deconstruido”.
Différance nunca puede ser entendido como “diferencia” (différence) porque: “Ahora bien,
la palabra diferencia [différence] (con e) nunca ha pedido remitir así como temporización
ni a lo diferente como polemos. Es esta pérdida de sentido lo que debería compensar -
económicamente- la palabra diferancia [différance] (con a)”.
La pregunta que nos surge es entonces: “Diferancia [différance] como temporalización,
diferancia [différance] como espaciamiento. ¿Cómo se conjugan?”. Se conjugan, como
hemos visto, en Zeit und Sein, esto es, en el “se da” (es gibt, donner) y en el “destino”
(envoi, Geschick) que se da sin pedir nada a cambio, sino simplemente “a partir de lo otro”,
“de lo otro en él sin él”. El dar se envía en vista del “otro” que se me impone y por medio
del cual me atempero históricamente en un “aquí y ahora determinado” que “promete” ser
justo con responsabilidad infinita. Por tanto, a la pregunta de cómo se conjugan, cómo se
conjuntan “tiempo y ser” por medio de la diferencia como “envío”, Derrida nos dirá:
“Este envío pre-ontológico [se refiere a el Geschick des Seins de Heidegger], de alguna
manera no se junta. No se junta más que dividiéndose, difiriéndose. No es originario u
originariamente envío… esta différance es la condición para que haya envío, eventualmente
un envío del ser, una dispensación o un don del ser y del tiempo, del presente y de la
representación”.
La “juntura” de “tiempo y ser” se da en la “no-unidad” de la diferencia. Ésta de modo
“lúdica” se nos señala originariamente como una dispersión en remitencia continua que “se
da” en una divisibilidad del enviar mismo. Es un remitir en respectividad, en donde lo otro
que hay en tal remisión, como una huella que indica, nos lanza a remitir en y por lo otro de
tal remisión, pero sin ella misma. Si nos percatamos lo esencial del asunto de la diferencia
−y, en esto, en la deconstrucción− que se da y se envía es el “otro”. La alteridad del otro es
lo que conjunta la diferencia y la deconstrucción como Zeit und Sein. Por esto a la pregunta
¿qué es ese algo que fuerza la deconstrucción de las cosas? Derrida es sumamente claro y
explícito: “Es lo otro; si podemos decirlo en una palabra es lo otro”. Lo “otro” está ahí
dando “orientación” a la remisión de huellas ad infinitum en la que consiste la diferencia
como un “diferir que demora” o un “demorar que difiere” (una espacialidad que temporiza
o una temporización que espacializa). En el fondo de la diferencia hay un “caos” de
remisiones en huellas como Zeit und Sein (“demorar y diferir”) que se estabilizan en
función del “otro”."
EL FREUD DE DERRIDA
LA DESCONSTRUCCIÓN MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER
Valeria Cabrera Jorquera y Ricardo Espinoza Lolas (Chile)
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