Derrida La verdad del cuento. El juego de los dobles. La divisibilidad sin término
jueves, diciembre 26, 2013
[Nota mía: El emisor de La Carta Robada la descubrió bajo sus narices
sobre su mesa en el lugar de la carta enviada que contenía su verdad
de cuyo contenido "fué-era" presa.]
. ***
"Todo “empieza” pues por oscurecer este comienzo en el “silencio”, el “humo”
y las “tinieblas” de esa biblioteca. El observador ocasional no ve en ello más
que la espuma de mar fumígena: un decorado literario en suma, el marco
ornamental de un relato. Sobre esa orilla desatendible para el hermeneuta
interesado en el centro del cuadro y en el interior de la representación, se
podía ya leer que todo eso era un asunto de escritura, y de escritura en deriva,
en un lugar de escritura abierto sin fin a su injerto en otras escrituras, y que ese
asunto de escritura, el tercero de una serie donde ya la “coincidencia” entre las
dos precedentes se hace notar, produce de repente la efracción de su primera
palabra “rue Dunôt, n° 33, au troisième, faubourg Saint-Germain”. En francés en el texto."
"¿Anotaciones fortuitas, remolinos rizados de humo, contingencias del encuadre?
Que rebasen la “intención del autor” sobre la cual el Seminario tiene la tentación
de interrogar a Dupin, que sean incluso pura “coincidencia” accidental,
acontecimiento de fortuna, es cosa que no puede sino recomendarlas aún más
a la lectura de un texto que hace del azar como escritura lo que nos cuidaremos
mucho de nombrar “el sujeto verdadero del cuento”.
"Más bien su notable elipsis. En efecto, si como se nos invita a hacer, ya
desde la orilla interna del marco, remontamos más arriba de La carta robada,
lo notable insiste: escena de escritura, biblioteca, acontecimientos de fortuna,
coincidencias. Al principio del Doble asesinato lo que puede llamarse el lugar
de encuentro entre el narrador (narradornarrado) y Dupin es ya una “obscure
library”, la “coincidencia” (es con esta palabra y no con analogie con la que
Baudelaire traduce esta vez “accident”)27 de la encuesta en busca de un mismo
texto (in search of the same very rare and very remarkable volume). Y el nexo que
se constituye entonces en ese lugar de encuentro, lo menos que podría decirse es
que no dejará nunca al narrador llamado general la posición de un informador
neutro y transparente, que no interviene en la relación en curso. Por ejemplo (pero
el ejemplo esta vez, leído sobre el marco, no está a comienzo de texto. El marco
que describe el “encuentro” atraviesa, si se quiere, la narración. Va precedido,
antes de la aparición de Dupin en el relato, de una finta a modo de prefacio
abandonado, un falso epítome del análisis ..."
"No un tratado, un prefacio (que es de desecharse,(28) como es sabido) y unas
observaciones azarosas."
"(28) Antes de desecharlas, como todo el mundo desecha un prefacio,
o de exaltarlas como el concepto teórico propiamente enseñante,
la verdad del cuento,
entresaco de ellas, un poco al azar, algunas proposiciones. No son necesariamente
las mejores. Habría que recordar también el título en cada una de sus palabras,
el epígrafe una vez más sobre el nombre de Aquiles cuando se escondía entre las
mujeres.
“Las facultades del espíritu que se definen con el término de analíticas son en sí
mismas muy poco susceptibles de análisis [...] el analista saca toda su gloria de
esa actividad espiritual cuya función es desenmarañar (which disentangles).
Saca placer incluso de las más triviales ocasiones
que ponen en juego su talento.
Se chifla por los enigmas, las charadas, los jeroglíficos [...]
Sin embargo calcular no es en sí mismo analizar. Un jugador de ajedrez, por ejemplo,
hace lo uno sin esforzarse hacia lo otro [...] Aprovecho pues esta ocasión de
proclamar que el más alto poder de la inteligencia reflexiva es ciertamente explotado
más activa y provechosamente por el modesto juego de damas (game of draughts)
que por toda la laboriosa futilidad del ajedrez (the elaborade frivolity of chess) [...]
Para ser menos abstracto - supongamos un juego de damas (a game of draughts)
donde las piezas estuvieran reducidas a cuatro damas [four kings: en el juego de
damas, las “damas” se llaman, en inglés, reyes], y donde naturalmente no cabe
esperar atolondramientos (no oversight is to be expected). Es evidente que aquí
la victoria no puede decidirse -siendo las dos partes absolutamente iguales- sino
por una táctica hábil (by some recherché movement), resultado de algún poderoso
esfuerzo del intelecto. Privado de los recursos ordinarios,
el analista entra en el espíritu de su adversario, se identifica así con él,
y a menudo descubre de una sola ojeada el único medio
-un medio a veces absurdamente simple-
de atraerlo a una falta o de precipitarlo en un falso cálculo
(by which he may seduce into error or hurry into miscalculation) [...] Pero es en los
casos situados más allá de la regla (beyond the limits of mere rule) donde el talento
del analista se manifiesta (is evinced) [...] Nuestro jugador no se confina en su juego,
y aunque ese juego sea el objeto actual de su atención, no rechaza por eso las
deducciones que nacen de objetos ajenos al juego
(nor, because the game is the objett, does he reject deductions from things
external to the game).”
Etc. Hay que leerlo todo, en las dos lenguas. Me he entregado aquí a alguna
cocina a partir de la traducción de Baudelaire, que no siempre respeto."
"... una carta no siempre llega a su destino y, puesto que eso pertenece a su
estructura, puede decirse que no llega nunca verdaderamente, que cuando
llega, su poderno-llegar la atormenta con una deriva interna."
"La divisibilidad de la letra es también la del significante al que ella da lugar,
y por consiguiente de los “sujetos”, “personajes” o “posiciones” que están
sometidos a ellos y que los “representan”."
"Desdoblado él mismo en su posición,
el narrador se identifica pues con Dupin de quien no puede evitar desde
ese momento “notar y admirar” la “aptitud analítica singular” y que le da
mil pruebas del “conocimiento íntimo” de su propia persona, de él, del narrador.
Pero Dupin mismo, precisamente en esos momentos,
parece doble.
Y esta vez es una “fancy”, una fantástica del narrador que lo ve doble:
“En esos momentos, sus modales eran glaciales y distraídos (frigid and abstract);
sus ojos miraban al vacío, y su voz -una rica voz de tenor, habitualmente- subía
hasta la voz nasal; hubiera sido petulancia, sin la absoluta deliberación de su
hablar y la perfecta certidumbre de su acentuación (distinctness of the enunciation).
Observándolo en esos humores, yo me instalaba a menudo a meditar sobre la vieja
filosofía del alma doble (Bi-Part Soul) y
me divertía con la idea fantástica de un Dupin doble
(the fancy of a double Dupin) - el creador y el analista (resolvent)."
"La fantástica de una identificación entre dos dobles desdoblados,
la fuerte catexis del lazo que implica a Dupin fuera de las “triadas
intersubjetivas” del “drama real” y al narrador en lo que narra;29
"Esa identificación rival y dúplice de los hermanos, lejos de entrar en el
espacio simbólico del triángulo familiar (el primero, el segundo o el siguiente),
sale triunfante sin fin en un laberinto de dobles sin originales,
de fac-símiles sin carta auténtica e indivisible, de contrahechuras sin hechura,
imprimiendo a la carta robada una indirección incorregible."
"El texto titulado “La carta robada” (se) imprime (en) esos efectos de indirección.
He indicado sólo los más visibles para empezar a descerrojar su lectura:
el juego de los dobles, la divisibilidad sin término, las remisiones textuales de
fac-símil en fac-símil, el encuadro de los marcos, la suplementariedad
interminable de las comillas, la inserción de La carta robada en una carta robada
que empieza antes de ella, a través de los relatos de relatos del Doble asesinato,
los recortes de periódicos del Misterio de Marie Roget (a sequel to “The murders
in the rue Morgue”). La puesta en abismo del título sobre todo: La carta robada es
el texto, el texto en un texto (la carta robada como trilogía). El título es el título del
texto, nombra el texto, se nombra y se incluye pues fingiendo nombrar un objeto
descrito en el texto. La carta robada opera como un texto que se hurta a todo
destino asignable y produce, induce más bien al deducirse, eso inasignable en el
momento preciso en que narra la llegada de una carta. Finge querer-decir y dejar
pensar que “una carta llega siempre a su destino”, auténtica, intacta e indivisa,
en el momento y en el lugar donde la finta, escrita antes de tiempo [avant la lettre],
se aparta por sí misma de sí misma. Para dar de lado un salto más."
"Sólo cuatro reyes, por consiguiente cuatro reinas, cuatro prefectos de policía,
cuatro ministros, cuatro analistas-Dupin, cuatro narradores, cuatro lectores,
cuatro reyes, etc.,
todos ellos más lúcidos y más necios el uno que el otro, más poderosos y más
desprovistos."
Derrida LA CARTA ROBADA
.
0 comments