Pues mi médico había sido delegado por la Tierra para traerme un mensaje

lunes, diciembre 30, 2013



"A comienzos del año 1944 me fracturé el pie y a ello siguió un infarto cardíaco.

En estado de inconsciencia experimenté delirios y visiones

que debieron comenzar cuando estaba expuesto a un inminente peligro de
morir y me daban oxígeno y alcanfor. Las imágenes eran tan sobrecogedoras
que yo mismo concluí que estaba cerca de la muerte. Mi enfermera me dijo
más tarde: «¡Estaba usted como rodeado por un claro resplandor!» Éste era un
fenómeno que ella había observado algunas veces en los moribundos. Estaba
en el límite más extremo y no sé si me encontraba en un sueño o en un éxtasis.
En todo caso, comenzaron a sucederse ante mí cosas sumamente
impresionantes."

"Me pareció como si me encontrase allá arriba en el espacio. Lejos de mí veía la
esfera de la tierra sumergida en una luz azul intensa. Veía el mar azul profundo y
los continentes. Bajo mis pies, a lo lejos, estaba Ceilán y ante mí estaba el
subcontinente de la India. Mi campo de visión no abarcaba toda la tierra,
sin embargo, su forma esférica era claramente visible, y sus contornos
brillaban plateados a través de la maravillosa luz azul. En diversos lugares
la esfera terráquea parecía coloreada o manchada de verde oscuro como
la plata oxidada. «A la izquierda», en la lejanía, había una amplia extensión:
el desierto amarillo-rojizo de Arabia. Era como si allí la plata de la tierra
hubiera adoptado una tonalidad amarillo-rojiza. Luego estaba el mar Rojo,
y muy a lo lejos, también «a la izquierda y arriba», podía divisar todavía un
cabo del Mediterráneo. Mi mirada se dirigía precisamente allí. Todo lo demás
aparecía borroso nada más. También veía las montañas nevadas del Himalaya,
pero allí estaba nublado o envuelto en vapor. Hacia la «derecha» no miré. Sabía
que estaba a punto de abandonar la tierra."


"La piedra en el universo flotaba y yo mismo flotaba en el universo."

"Después de llegar ante mí como una imagen surgida de las profundidades,
tuvo lugar entre nosotros una muda transmisión de pensamientos.

Pues mi médico había sido delegado por la Tierra para traerme un mensaje:

se protestaba en contra de que estuviera a punto de marcharme.

No debía abandonar la Tierra y debía regresar. En el instante en que me enteré
de esto desapareció la visión."


"Me encontraba como en éxtasis o en un estado de máxima felicidad. Me sentía
como si flotase en el espacio, como si estuviese oculto en el seno del universo
—en un vacío inmenso, pero desbordante de una sensación de máxima felicidad.
¡Esto es la eterna bienaventuranza, no hay modo de describirlo, es demasiado
maravillosa!, pensaba."

También el ambiente parecía embrujado. A aquella hora de la noche la
enfermera me traía la comida, pues sólo entonces podía tomar algo y comía
con apetito. Por algún tiempo me pareció ser una anciana judía, mucho más
vieja de lo que era en realidad y como si me trajera comidas rituales, preparadas
según el rito judío. Cuando la miraba era como si tuviera un halo azul alrededor
de su cabeza. Yo mismo me encontraba —así me lo parecía— en el Pardes
rimmonim, en el jardín de las granadas y tenía lugar la boda de Tiferet con Malkut.
O yo era como el rabí Simón ben Jochai, cuyas bodas se celebraban entonces.
Se trataba de las bodas místicas, tal como se representan en la tradición
cabalística. No puedo decirles a ustedes lo maravilloso que esto era. Sólo
podía pensar incesantemente: «¡Éste es el jardín de las granadas! Ahora son
las bodas entre Malkut y Tiferet.» No sé exactamente qué papel desempeñaba
yo allí.

En el fondo se trataba de mí mismo: yo era las bodas.

Y mi bienaventuranza era una boda bienaventurada."

"Entonces comprendí por qué se habla del «olor» del Espíritu Santo que llena
el espacio. Así era. Había un espíritu, en la habitación, de inexpresable beatitud,
cuya explicación era el Mysterium Coniunctionis."

"Las visiones y vivencias fueron completamente reales;

nada quedó por experimentar, sino que todo fue de la máxima objetividad."

"Se recela de la expresión «eterno», pero yo sólo puedo describir el vivir como
beatitud de un estado no temporal,

en el cual presente, pasado y futuro son una misma cosa."




Jung, Recuerdos, sueños, pensamientos

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