No es identificarse solo con personas, sino identificarse con el Yo de personas y con personajes de la ficción

domingo, febrero 02, 2014



"Esto es lo que Klossowski ha demostrado admirablemente en su comentario de Nietzsche: la presencia de la Stimmung como emoción material, constitutiva del pensamiento más alto y de la percepción más aguda.

«Las fuerzas centrífugas nunca huyen del centro, sino que se aproximan una vez más para alejarse de nuevo: éstas son las vehementes oscilaciones que conmocionan a un individuo en tanto que no busque más que su propio centro y no vea el círculo del que él mismo forma parte; pues si las oscilaciones lo conmocionan, es debido a que

cada una responde a otro individuo distinto del que cree ser,

desde el punto de vista del centro inencontrable. De ahí, que

una identidad es esencialmente fortuita y que una serie de individualidades deben ser recorridas por cada una de ellas, para que el carácter fortuito de ésta o de aquella haga que todas sean necesarias.»

Las fuerzas de atracción y de repulsión, de desarrollo y de decadencia, producen una seriede estados intensivos a partir de la intensidad = 0 que designa al cuerpo sin órganos («pero lo singular radica en que allí todavía es necesario un nuevo aflujo, para significar tan sólo esta ausencia»).

No existe el yo-Nietzsche, profesor de filología,

que pierde de golpe la razón, y que podría identificarse con extraños personajes;

existe el sujeto nietszcheano que pasa por una serie de estados y que identifica los nombres de la historia con estos estados: yo soy todos los nombres de la historia...

El sujeto se extiende sobre el contorno del círculo cuyo centro abandonó el yo. En el centro hay la máquina del deseo, la máquina célibe del eterno retorno. Sujeto residual de la máquina, el sujeto nietzscheano saca una prima eufórica (Voluptas) de todo lo que la máquina hace girar, y que el lector había creído que era sólo la obra en fragmentos de Nietzsche:

«Nietzsche cree proseguir en lo sucesivo, no la realización de un sistema, sino la aplicación de un programa... bajo la forma de los residuos del discurso nietzscheano, convertidos en cierta manera en el repertorio de su histrionismo.»

No es identificarse con personas, sino identificar los nombres de la historia

con zonas de intensidad sobre el cuerpo sin órganos; y cada vez el sujeto exclama: «¡Soy yo, luego soy yo! » Nunca se ha hecho tanta historia como la que el esquizo hace, ni de la manera como la hace. De una vez consume la historia universal. Empezamos a definirlo como Homo natura y acaba como Homo historia. De uno a otro ese largo camino que va de Hölderlin a Nietzsche, y que se precipita («La euforia no podría prolongarse en Nietzsche tanto tiempo como la alienación contemplativa de Hölderlin... La visión del mundo concedida a Nietzsche no inaugura una sucesión más o menos regular de paisajes o de naturalezas muertas, extendida sobre unos cuarenta años; es la parodia rememorante de un acontecimiento: un solo actor para representarla en una jornada solemne —ya que todo se pronuncia y vuelve a desaparecer en una sola jornada— aunque debiera haber durado del 31 de diciembre al 6 de enero —más allá del calendario razonable.»)"


Deleuze

You Might Also Like

0 comments

Popular Posts

Like us on Facebook

Flickr Images