Érase una vez la señora de la terraza en L.
martes, mayo 27, 2014
Érase una vez la señora de la terraza en L. La recorría tranquilamente de una punta a otra. La terraza seguía como la construyeron: sin nada. ¡Qué extraño! La señora no miraba ni al suelo ni al cielo ni a la calle. ¿Ejercicio? No; tampoco era eso. No puedo saberlo porque desde tan lejos no le veía la cara. Ningún gesto me decía nada. Ni tosía. Solo sé que desde su casa se oía la activación o la desactivación de la alarma cada día a las 10, a las 3 y a las 7, y ya de madrugada.
Carlos del Puente
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